La poeta malagueña María Victoria Atencia García ha sido galardonada con el Premio Nacional de las Letras Españolas 2025, según ha anunciado el Ministerio de Cultura, y que reconoce el conjunto de la labor literaria de un autor o autora.
El jurado ha elegido a la autora por “una creación poética que posee y recrea la esencia de la vida. En sus versos, la palabra se justifica a sí misma por su capacidad de trasmitir instantes de trascendencia emocionante, por una clara fe en el valor representativo y por la relevancia de su belleza”.
Asimismo, el jurado ha señalado que la lírica de María Victoria Atencia “parece brotar de un ‘manantial sereno’, atravesada por un verso limpio de traspasada pureza y por la búsqueda de una perfección sin ambages. En su poética, a modo de tapiz, cada puntada sirve de armazón para el conjunto global y para otorgar un significado que multiplica sus efectos estéticos”. Además, el jurado ha manifestado que “en su trayectoria, de contundente calidad, Atencia va añadiendo nuevas miradas que otorgan mayor prestancia y profundidad a su lectura y la convierten en una voz imprescindible en sí misma, sin necesidad de pertenencia a generación canónica alguna, salvo la de su compromiso eterno como mujer creadora”.
María Victoria Atencia nació en Málaga (en 1931), y desde muy joven estuvo ligada a los poetas del grupo Caracola. Es una de las exponentes de la generación de los años 50, autora de numerosas obras, entre las que destacan: Tierra mojada (1953), Cuatro sonetos (1955), Cañada de los ingleses (1961), Los sueños (1976), El mundo de M.V. (1978), Compás binario, (1979), Adviento (1983); Trances de Nuestra Señora (1986); De la llama que arde (1988), La pared contigua, (1989), El hueco (2003) y De pérdidas y adioses (2005).
Su obra está traducida al francés, portugués, gallego, inglés, italiano, lituano, checo, búlgaro, rumano, polaco, sueco, árabe, hebreo, flamenco y latín, entre otras lenguas.
En 2014, fue galardonada con el XXIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, siendo la cuarta mujer en conseguirlo y la primera española.
Suceso
¿Quién desvía tu vuelo y me desea ahora?
Estaba yo ocupándome de la compra, el teléfono,
la ropa de los niños, y se me quedó fija
en un punto brillante del quinqué la mirada
cuando tú prorrumpiste -si a tu ventana llega…-,
con un ronco zureo y súbito aletazo.
Reposa tu fatiga un momento en la casa
mientras hierve en colores la pluma de tu cuello,
y echa luego a volar y vuelve con los tuyos
al trigo de los muelles y al agua de los parques,
donde a tu desolada pareja, por tu ausencia,
el celo le contrae la encendida pupila.
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