"EL SABER SE DEBE TANTO AL INGENIO COMO AL GUSTO."









miércoles, 17 de octubre de 2012

LA SABIDURÍA



Supliqué y  se me concedió la prudencia; invoqué y vino a mí el espíritu de la sabiduría. La preferí a cetros y  a tronos y en su comparación, tuve en nada la riqueza. No le equiparé  a la piedra más preciosa, porque todo el oro, a su lado, es un poco de arena y junto a ella, la plata vale lo que el barro. La amé más que a la salud y a la belleza y me propuse tenerla por luz porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables. 

Del Libro de la Sabiduría. Sab 7, 7-11




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hey, me ha gustado la entrada.


Aún que hay un matiz que creo que es interesante: yo, que trabajo en el sector de la informática, veo a mucha gente obsesionada en captar y retener la mayor cantidad de información disponible, lo más rápido posible. Desde mi punto de vista, pienso que se olvida la diferencia entre conocimiento y sabiduría. Puesto que el conocimiento, sin criterio, sin capacidad de análisis y sin una "forma ordenada" de tratarlo se convierte en un montón de datos almacenados casi inservibles y sin aplicación alguna en la vida real.
Para mí, cada dato relevante debe de sumarse al razonamiento y convertirlo en más recursos para lidiar con el reto de la vida.

Un abrazo

Joan

Covadonga dijo...

Me alegra volver a saber de ti y que te agrade la entrada. Tu "matiz" es un buen complemento al texto del Libro de la Sabiduría.
Saludos.