No sabemos muy bien cómo
pero, a veces, nos asaltan asociaciones. De repente, estás escuchando, leyendo
o mirando algo y vienen al espíritu otras lecturas, otras conversaciones, otros
paisajes que se hacen presentes y puestos así, unos al lado de los otros toman un sentido más global.
Esto me pasó leyendo el relato de Poe, Hop-
Frog. De Poe, uno puede leer de una tirada todos los relatos o
irlos leyendo a tandas, que es lo que estoy haciendo, (ya solo me quedan unos
poquitos, y el resto… para releer), pero que lo hagas de una manera u otra, no te dejan indiferente.
Uno de los últimos que he
leído es precisamente Hop-Frog, Rana saltarina, que es la historia de una persona que, además de enano , era tullido igual que su compañera Trippetta. Ellos vivían en la
corte de unos grandes señores, como
estuviera de moda en las Cortes Europeas de los S. XVI y XVII para
entretenimiento de nobles y reyes. En
algunas ocasiones, estos enanos y
deformes seres destacaron por su ingenio e incluso por su habilidad para las intrigas;
aunque en general, eran blanco de las burlas y de los desaires de sus señores. Este caso corresponde exactamente con la
historia que Poe cuenta.
A medida que la iba leyendo, me venían a la memoria los cuadros que Velázquez pintó a los enanos y bufones dela Corte de los Austrias. Los pintó sobre fondos neutros, con ropajes, que en sus figuras, resultan extravagantes. Cabe recordar que también pintó, con fondo oscuro, a otros no reales persojes. Sin embargo, para pintar a los Erguidos Reales cubiertos de delicados
y ricos brocados, Velázquez eligió de su paleta luminosos
colores para estos fondos y aunque quedaba claro a quién se debía, ponderó de igual forma, a estos otros seres que para nadie hubieran merecido protagonizar unas telas; pero es que, incluso, los juntó a todos en cuadros como Las Meninas,¡menudo atrevimiento!; es que Velázquez tenía cierto gusto por pintar la vida cotidiana de la Corte. No obstante, no cabe duda de que en los cuadros de Velázquez, todos están donde tienen que estar y a cada cual, lo suyo.
A medida que la iba leyendo, me venían a la memoria los cuadros que Velázquez pintó a los enanos y bufones de
En el relato de Poe, sin
embargo, la cosa acaba como el rosario de la aurora para los que se creen
superiores sobre los demás por la posición social que ocupan. Esta prepotencia de algunas personas, a Poe, le daba cien patadas y construye un
relato en el que hace que los súbditos
más menospreciados arremetan contra los que gobiernan de forma tiránica y sin
respeto por la dignidad de sus súbditos, sean quienes sean. Además, el relato
le sirve a Poe para remarcar un
contraste entre aquellos que están deformes de nacimiento, pero poseen una mejor y más alta calidad humana y los ricos, que tienen deformados tanto sus cuerpos pero, en su caso, por gula y ociosidad, como su moral.
Esta, como otras de sus
historias, es la forma que eligió Poe de vengarse, probablemente de sus editores que se aprovechan de él,
al no valorar sus relatos en función de la
calidad de los mismos, por lo que los ingresos que le proporcionaban sus
escritos, no contribuyeron a aligerar sus penurias económicas, o de salud ni por su puesto a superar su mayor 'debilidad': el alcohol.
Tampoco está demás recordar que Poe se granjeó enemistades porque fue un tipo un poco
irónico y desabrido; 'cualidades' que algunos no le perdonaron; entre ellos, Rufus Griswold
que incluso lo difamó después de su
muerte con lo que contribuyó, sin querer, a crear esa imagen de escritor maldito que
tanto atrajo, por otra parte, a Baudelaire.
Lo curioso del caso es
que Poe creyó siempre que la amistad de Rufus Griswold era sincera por lo que le nombró su albacea literario y le confió la edición definitiva de sus
obras.
Nada más lejos de la realidad, ya que el tal Rufus obraba una venganza callada al estilo de las que el propio Poe había narrado en sus relatos.
Nada más lejos de la realidad, ya que el tal Rufus obraba una venganza callada al estilo de las que el propio Poe había narrado en sus relatos.
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