El título de esta
película “El país de las
maravillas” recuerda, de primeras, al de
la historia ideada por Lewis Carrol, pero, en seguida, descartamos la evocación porque la vida, que llevan en este
pueblecito de Toscana, Gelsomina y sus tres hermanas, poco tiene que ver con un
mundo fantástico y maravilloso; ellas trabajan muy duro, demasiado para su
corta edad ya que tienen que ayudar a su
padre, que es apicultor, en la crianza de
las abejas, en el cuidado de las colmenas y en la obtención de la miel, que es su principal fuente de ingresos. La familia, un matrimonio formado por Wolfgang de origen alemán y Angelica italiana -que
hablan entre ellos en francés para lograr intimidad- vive en el campo sin, prácticamente, ningún tipo de comodidades porque están en contra de la sociedad de consumo. Se
saben, además, el último ejemplar
representativo de un tipo de vida de respeto a las leyes naturales que está a
punto de desaparecer por el empuje del turismo – cazadores- y porque los productos
químicos que se echan en los campos están acabando con las abejas. Esta sería una lectura acertada de lo que la película cuenta, pero esto
no es, ni mucho menos, todo porque la película tiene como punto fuerte: las
relaciones familiares que giran entorno a un padre autoritario y verbalmente impulsivo con su
mujer y sus hijas, especialmente con la mayor, Gelsomina, sobre la que recae el
peso del trabajo y de lo que ocurre en la casa.
Pero Gelsomina ya no es una
niña, es una joven adolescente a la que
le gusta estar con sus amigas del pueblo con las que comparte intereses y a la
que le atrae el mundo que le rodea .Y así, en contra de la
voluntad de su padre, consigue que su familia sea seleccionada en un concurso
muy hortera de la televisión regional, gracias a la calidad de la miel
que ellos producen. La joven se convierte en la protagonista del programa al mostrar, como si fuera un juego de magia, su manejo de las abejas.
Para acabar de redondear este
fenomenal ambiente, aparece también una tía,Cocco y Martin un chico alemán que
va a ser acogido por la familia a cambio de dinero. Martin proviene de un
programa de reinserción de jóvenes delincuentes. Sobre Martin no sabemos nada
de su vida anterior, solo vemos que ahora no habla, solo silba y rechaza todo tipo de
contacto físico con violencia. Sin embargo, para Gelsomina todo esto que, para los demás pudiera parecer imprescindible para lograr una buena relación, no le resulta necesario ya que se va a entender perfectamente con él.
El cuadro lo completa un camello
de verdad que Wolfgang compra a su hija en
recompensa por su trabajo, tal y como le había prometido cuando era pequeña
pero, el camello llega tarde, ya no pega, porque Gelsomina ya es una joven, aunque su padre no
se haya enterado.
Director: Alice Rohrwacher.
Reparto: Maria Alexandra Lungu, Sam Louwyck, Alba Rohrwacher,
Sabine Timoteo, Agnese Graziani, Monica Bellucci.
Duración: 110 min.
País:Italia. Año: 2014.
Premios.
2014: Festival de Cannes: Gran Premio del Jurado.
2014: Festival de Sevilla: Premio Especial del Jurado y Mejor actriz.
2014: Festival de Mar del Plata: Mejor guion - Astor de Plata.
2 comentarios:
Una curiosidad sobre lo que dices del País de las Maravillas, de Carroll, a propósito de la crianza de abejas que es el sustento de la famiia protagonista de esta película.
Resulta que los países imaginarios de Carroll son extrañamente refractarios a las abejas. En efecto, en la primera parte Alicia trata de recitar un poema sobre “una industriosa abeja” y le sale otro sobre “un industrioso cocodrilo”. Y en A través del espejo le parece ver unas abejas haciendo miel a lo lejos y resultan ser elefantes introduciendo su trompa en flores gigantescas...
Por lo demás, la película parece tener muchos elementos de la biografía de la directora, que es hija de madre italiana y padre alemán, habiendo trabajado este como apicultor (Wikipedia dixit). Y claro, algo tendrá que ver que el nombre de pila de la directora sea Alicia, ¿no?
Suerte en todo, me encanta este maravilloso blog ;-)
José Luis, gracias por tu comentario y por tus amables palabras.
Saludos.
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