Caminar por la orilla del mar durante estas lánguidas tardes y escuchar el romper de las olas en la playa, es adormecerse en los pensamientos. El mar los arrulla, los mitiga, los serena, los ablanda, los lleva lejos, los acerca, los devuelve frescos. Las hondas pisadas de la arena se afinan en una estela deleble.
Lejos quedan ya los días en los que el mar se impacienta, se crispa, se enfurece, brama, salpica, sacude, remueve...
La voz del mar; oír y escuchar la voz del mar, la voz del mar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario