- SONIA. (Riendo) Debo tener cara de tonta, ¿verdad? Ya ves: se ha marchado, y yo sigo escuchando su voz y sus pasos. Miro por la ventana, y en el oscuridad se me aparece su rostro. Déjame decir lo que siento. Pero no puedo hablar en voz tan alta, me da vergüenza. Vamos a mi cuarto a charlar. ¿Te parezco tonta? Confiésalo... Dime algo de él...
- ELENA ANDRÉIEVNA. ¿Que quieres que te diga?
- SONIA. Es inteligente... Todo lo sabe, todo lo puede... Cura a la gente, planta bosques...
- ELENA ANDRÉIEVNA. La cuestión no está en los bosques ni en la medicina, sino en el talento, hijita. ¿Sabes tú lo que es el talento? Significa audacia, grandeza de miras, ímpetu... Él planta un árbol y está viendo ya lo que será dentro de mil años, se imagina dichosa a la humanidad. Personas como él, se encuentran pocas. Y hay que amarlas. Bebe, a veces, es grosero... Pero, ¿qué importa eso? En Rusia, un hombre de talento no puede estar exento de defectos. [...]
Antón Chéjov, El tío Vania.
1 comentario:
En Rusia y en cualquier otro lugar. Es curioso,desconcertante, frustrante pero al mismo tiempo placentero y adictivo cruzarte con personas como estas; hay ciertos talentos a los que les consientes mil defectos.. esto siempre me hace pensar en las mujeres o amantes de escritores, filósofos o artistas con fondo.
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