A la espera de que el semáforo se ponga verde para los peatones. A mi izquierda, dos repartidores con sus respectivas carretillas con grandes bultos. Se pone verde y justo en el momento de empezar a cruzar, un coche se salta el semáforo.
- ¡Eeeeh!, pero, ¡¿esto qué es?! Los has visto, ¿eh?.- Al mismo tiempo empezamos a cruzar-.
- Pero, ¿Adónde vaaan…? Mira los ¡Pasan en rojo y sin luces!
- ¡Eeeh!, pero, ¡no habéis visto que está rojo! Pero dónde se habrá visto otra igual. – siguen con sus quejas en voz alta. - ¡Vaya cara, vaya cara!
Seguimos cruzando y sigue la indignación de buen tono. Nadie les contesta ni se une a sus protestas.
- Claro, claro, como ellos son la autoridad – miro y me doy cuenta de que el coche al que se referían era de la guardia urbana – ¡Serán frescos!
- Pues hay que ver, ¡qué cara tienen!
- Nada.., mira tú…, a estos…, a estos, nadie les pone una multa; vamos que ni el mismísimo C.S.I. los tose!
Risas abiertas de los transeúntes que cruzábamos con ellos.
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