"EL SABER SE DEBE TANTO AL INGENIO COMO AL GUSTO."
martes, 29 de enero de 2013
MIGUEL DELIBES / CONCHA VELASCO
Durante estos días dos vallisoletanos están de actualidad:
*** Miguel Delibes porque Jorge Urdiales Juste presentó el pasado 28 de enero en Valladolid
la reedición de "Diccionario del castellano rural en la narrativa del Miguel Delibes",
que había publicado en 2006 y que estaba agotado.
http://www.eldiadevalladolid.com/noticia/Z0BB2DC37-F705-CCC2-4A13973097A4BA98/20130128/urdiales/remoza/diccionario/castellano/rural/narrativa/miguel/delibes
*** Concha Velasco porque la Academia de Cine le ha concedido el Goya de Honor.
http://ocio.elnortedecastilla.es/famosos/concha-velasco-ve-recompensada-su-trayectoria-profesional-con-el-goya-de-honor-29012013.html
domingo, 27 de enero de 2013
LOS PLACERES Y LOS DÍAS
" Como la naturaleza, la inteligencia tiene sus espectáculos. Nunca las auroras, nunca los claros de luna que me han hecho delirar tan a menudo hasta las lágrimas, han sobrepasado para mí en apasionada ternura ese amplio incendio melancólico que durante los paseos del final del día, matiza tantas aguas en nuestra alma, que el sol cuando se pone, hace brillar en el mar.
Entonces precipitamos nuestros pasos en la noche. Más que un jinete al que aturde y embriaga la velocidad creciente de un animal adorado, nos entregamos temblando de confianza y alegría a los pensamientos tumultuosos a los que, cuanto más los poseemos y los dirigimos, sentimos pertenecer cada vez más irresistiblemente. Es con emoción afectuosa que recordaremos el campo oscuro y saludaremos las encinas llenas de noche, como el campo solemne, como los testigos épicos del impulso que nos arrastra y que nos embriaga.
Elevando los ojos al cielo, no podemos reconocer sin exaltación, en el intervalo de las nubes aún conmovidas por la despedida del sol, el reflejo misterioso de nuestros pensamientos: nos hundimos cada vez más rápido en el campo, y el perro que nos sigue, el caballo que nos lleva o el amigo que se ha callado, más aún, cuando a veces no hay ningún ser viviente a nuestro lado, la flor de nuestra solapa o el bastón que revolotea alegremente en nuestras manos febriles, reciben en miradas y en lágrimas el tributo melancólico de nuestro delirio. "
Marcel Proust, Los placeres y los días.
sábado, 19 de enero de 2013
TÍTULOS DE CARMÍN
"Son tus labios una cinta escarlata, tu habla encantador. Tus mejillas, como cortes de granada..."
Carmín nº 1." de Frantisek Kupka. |
Hay librerías para leer y comprar y hay librerías para comprar y marchar. Las primeras son como las cafeterías donde puedes pasar un rato sentada frente a tu taza de humeante chocolate y las otras se parecen a los bares de copas, de más fácil acceso, grandes focos, puertas abiertas de par en par aunque eso sí, también, con segurata a la entrada, como si los robos de libros coparan las portadas de todos los periódicos, o como si los lectores fueran gente de la peor calaña. En fin, que haciéndome todas estas reflexiones, estaba yo deambulando por los pasillos de expositores y sorteando los montones de libros que estaban apilados en lugares bien visibles para el consumo inmediato en una de estas librerías fast-shopping, que tan bien van para estar al corriente de las últimas novedades editoriales; cuando mis ojos, de forma totalmente azarosa, se fueron posando sobre los títulos que, para sus mejores novelas, han elegido un ramillete de escritoras; sí, de mujeres y que leídos uno detrás del otro, era como si tuvieran oculto un acróstico y si no ...
Me quedo quieta un momento. Miro. Y ahora, ¿qué más? ¿A ver si he perdido el hilo?... Pero en el suelo hay una línea verde que conduce a otro pasillo, allí me espera algo prodigioso: “366 frases que toda mujer debe saber” – con este, tengo una frase para cada ocasión, es para tenerlo de lectura de cabecera, porque… ¡Ya son frases! Sigo y de repente, me asalta, de otro montón de libros, una pregunta trascendental: “Y AHORA… ¿dónde tendemos las BRAGUITAS ROSAS?” Y mientras pienso en el mejor de los sitios para tan delicadas prendas, siguen ejemplares de temas mayores: sobre el amor y sus demonios; sobre la mujer que somos y la que nos gustaría ser; sobre los recovecos del destino; sobre el valor de la amistad; sobre el desengaño, la confidencialidad, la pasión, la traición, el menosprecio, …Uy, uy uy, que la cosa se pone seria
Carmín de Alizarina. Victoria Jáimez. |
Salgo de la librería, voy caminado por la amplia cera de la avenida y recuerdo a las mujeres de otras épocas, protagonistas celebérrimas salidas, casi todas ellas, de la pluma de escritores masculinos: La Regenta, Ana Karenina, Madame Bovary, Fortunata y Jacinta, La Cenicienta, Eugénie Grandet, …. todas ellas bien prietas en sus corsés, con varias capas de enaguas y faldones y sujetas a tantos y tantos preceptos.
- ¿Qué pensarían ellos de estos títulos propuestos por estas escritoras?...
-¿Qué las mujeres somos objeto de deseo y siempre damos mucho para escribir?
-Por ejemplo.
-Por ejemplo.
domingo, 13 de enero de 2013
RACHEL JOYCE
Harold, lleva una vida muy anodina desde que se jubiló. Está casado y pasa su tiempo cuidando el jardín de su casa. Un día recibe una carta de Queenie una antigua compañera de trabajo de la que no tenía noticias desde hacia 20 años cuando dejó la empresa. En ella, Queenie le anuncia que tiene cáncer y se va a morir. Él le escribe una escueta nota que no le satisface. En realidad no sabe qué contestarle, la noticia le dejó sobrecogido. Aún y así, va a echarla al buzón de correos.
Por el camino, no deja de pensar en su amiga y decide llegarse hasta el próximo buzón pero, poco a poco, va naciendo en él la idea de que tiene que ir a verla y se pone en camino hasta Berwick-upon-Tweed, al norte de Gran Bretaña, tal y como había salido de su casa: náuticos, ropa ligera, sin mapa, ni siquiera lleva el móvil para avisar a su mujer de que se había puesto en marcha, de que quiere presentarse en Escocia porque estima que de esta manera podrá salvar a su amiga a la que cree deberle al menos eso; presupone, además, que Queenie podrá salvarse al saber que él irá a verla.
Así, de esta manera un tanto insólita, comienza una peregrinación de 87 días y 1.009 kilómetros durante la cual va a encontrar personas que le van ayudar de forma altruista porque admiran su valentía por haber decidido hacer algo con su vida y le animan a seguir adelante; otras por el contrario, acaban aprovechándose del revuelo que provoca la noticia pero, a Harold, esto no le importa ya que el viaje le está sirviendo para conectar con él mismo e ir descargándose de un pasado que le pesaba demasiado, sobre todo, su infancia y adolescencia, en las que nunca sintió el amor de su padre, y más recientemente su relación con su único hijo y con su esposa después de un funesto suceso.
Tan asombroso viaje en el que la naturaleza está siempre presente, sirve a la autora para ir deslizando plácidamente un raudal de mensajes sobre que la fuerza de los sentimientos está por encima de la razón, sobre lo poco que necesitamos para ponernos en marcha, sobre la belleza de la naturaleza y todas sus bondades, sobre la frialdad de las relaciones y lo aislados que estamos y sobre muchas cuestiones más que cada lector descubrirá en su lectura particular de este relato.
Esta es una novela para lectores que dejen descansar la razón y se dejen seducir por la prosa sencilla, limpia, clara, sin demasiados recovecos y con cierto gusto por la estética de Rachel Joyce y que no piensen que el viaje de Harold Fry es una historia inverosímil, como algunos afirman. Creo que estos últimos no pensarían lo mismo, si Harold hubiera decidido salir de Roncesvalles y llegar hasta Santiago de Compostela; que para el caso daría lo mismo: el peregrinar como promotor de innovaciones vitales que, no es una ninguna idea original, cierto; pero desde siempre, lo que cuenta es el viaje.
El insólito peregrinaje de Harold Fry.
Rachel Joyce.
Núm. pág: 336.
Salamandra 2012.
Título original: UNLIKELY PILGRIMAGE OF HAROLD FRY, THE
http://www.salamandra.info/fitxa.php?titol=824
sábado, 5 de enero de 2013
AUGUSTO MONTERROSO
La mosca que soñaba que era un águila
En los primeros momentos esto la volvía loca de felicidad; pero pasado un tiempo le causaba una sensación de angustia, pues hallaba las alas demasiado grandes, el cuerpo demasiado pesado, el pico demasiado duro y las garras demasiado fuertes; bueno, que todo ese gran aparato le impedía posarse a gusto sobre los ricos pasteles o sobre las inmundicias humanas, así como sufrir a conciencia dándose topes contra los vidrios de su cuarto.
En realidad no quería andar en las grandes alturas o en los espacios libres, ni mucho menos.
Pero cuando volvía en sí lamentaba con toda el alma no ser un Águila para remontar montañas, y se sentía tristísima de ser una Mosca, y por eso volaba tanto, y estaba tan inquieta, y daba tantas vueltas, hasta que lentamente, por la noche, volvía a poner las sienes en la almohada.
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