Ivresse du pouvoir es la tercera película del lote que he visto y que como las dos anteriores retrata las Altas Esferas del Estado. Borrachera de poder no trata de un presidente, ni de un ministro, sino que la protagonista forma parte de otro de los pilares del estado moderno según Montesquieu: el judicial.
Jeanne Charmant Killman, es una juez de instrucción, que se encarga de investigar un complejo caso de malversación de fondos y otros chanchullos en los más altos niveles. El primero de la lista de “intocables” que deja de serlo, es el Presidente de un importantísimo grupo industrial que hacía y deshacía en la más absoluta impunidad y que acabará rascándose en la cárcel, algo con lo que no contaba; él había previsto unas vacaciones avec sa petite amie.
Jeanne Charmant Killman, es una juez de instrucción, que se encarga de investigar un complejo caso de malversación de fondos y otros chanchullos en los más altos niveles. El primero de la lista de “intocables” que deja de serlo, es el Presidente de un importantísimo grupo industrial que hacía y deshacía en la más absoluta impunidad y que acabará rascándose en la cárcel, algo con lo que no contaba; él había previsto unas vacaciones avec sa petite amie.
Una vez la partida comenzada, de uno saltará a otro, luego al otro y poco a poco, irán desfilando por su despacho otros “respetables” que ante ella y ante la posibilidad de acabar también en la cárcel aparecen muy temerosos, sobre todo, de no seguir siendo venerables. Que toca a gente muy, pero que muy importante, que no se dejan amedrentar fácilmente por una frágil mujer con ganas de venganza y notoriedad – como dicen-; enseguida se va a dar cuenta Jeanne: manipulan su coche y tiene un accidente, - manera de actuar que no gusta a los jefes del clan-. Aun así, Killman sigue adelante, a pesar de la incomodidad de los escoltas y de que su marido, que no asimila la situación y echa de menos la tranquilidad de su vida anterior, reclama su atención. Como el caso adquiere dimensiones insospechadas, el clan empieza a mover ficha para alejarla del caso: la trasladan de edificio, la ponen una colaboradora a la espera de que se peleen entre ellas, le desvalijan su despacho,… Pero a pesar de ello, ella sigue. Sin embargo, lo que acaba por apartarla de las investigaciones, es su vida personal que se ha resentido hasta el extremo.
Al final, descubre que personas de su entorno también están metidas en el affaire, que tenía espías hasta en su propio despacho y que, tal vez, ya no podría ir más allá porque sería del todo intolerable.
Esta película rodada en 2006, recuerda a los franceses el “dossier Elf," que tuvo mucha relevancia en su momento, por más que el propio director, dijera que ha intentado solamente recrear una ficción y que todo parecido con personajes y hechos reales sería pura incidencia.
Ivresse ... es la que más me ha gustado de las tres. La mano de Chabrol le da ese toque diferente a la cinta e Isabelle Huppert borda el papel. El resto de sus compañeros de reparto también está francamente bien.
Aunque es una película que ya tiene unos años, el tema sigue estando de plena actualidad, porque no hay país en el que con cierta regularidad, los asuntos de corrupción salpiquen hasta los más altos estamentos del Estado.
Ivresse du pouvoir.
Director: Claude Chabrol.
Reparto: Isabelle Huppert, François Berléand, Patrick Bruel, ...
Francia: 2006 . 1h 50min
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