y detrás de cada noche,
viene una aurora sonriente".
viene una aurora sonriente".
Gibran Jalil Gibran.
Antes de vacaciones, había empezado a preparar este resumen de las lecturas que he leído este invierno, pero no supe dónde lo había guardado por lo que, al final, escribí el Marcapáginas de Semana Santa antes. Hoy, me he puesto a rescatarlo, no del olvido, sino del ordenador y así, quedarán anotadas las novelas de estos meses.
La primera que leí fue Une désolation de Yasmina Reza, que estaba en mi estantería desde hace mucho tiempo. Esta novelita tiene como protagonista a Samuel, de setenta y tantos años, que hace balance sobre su vida y llega a la conclusión de que su vida, dadas las circunstancias en la que se encuentra, es una Désolation. Siempre es agradable reencontrarse con la lectura fresca de esta señora tan viva, que gracias a su sentido del humor hace que esta historia, en principio, gruesa, taciturna, se convierta en amena y atractiva.
Siguió Ressuciter de Christian Bobin, que no es bien una novela, sino un conjunto de pensamientos, de reflexiones, aparentemente inconexos y que había dejado sin terminar hace ya cuatro años, creo. No dejo sin terminar los libros por más que me cuesten, pero este libro, no lo acabé, creo que con la excusa de volverlo a coger, por eso, cualquier día, lo leeré entero de nuevo porque este recodo de vida sencilla, cotidiana pero, al mismo tiempo notable, es atemporal apropiada para cualquier momento. Ressuciter me lo regaló Geneviève, siempre tan sensible a la vida y a las personas que estima.
Después llegó Boussole de Mathias Enard, Premio Goncourt 2015. Los libros premiados en el Goncourt me los compro en Francia cuando voy en primavera, pero este año, se adelantó, me lo regaló Núria por mi cumpleaños, y enseguida me puse a leerlo. Enard es especialista en Oriente y este libro es una cascada continua de sabiduría sobre Oriente y la cultura oriental. El protagonista, Franz Ritter, también es un hombre que, creyendo que su desenlace está próximo, se pone a escribir. Durante una noche, hace un exhaustivo recorrido por el Oriente que él conoce muy bien; un Oriente que empieza en la Viena de finales de siglo XIX, en la que se dan cita los mejores músicos, escritores, intelectuales, del momento. Luego, aparecen Estambul, Damasco, Teherán, España,... sus artistas y poetas. En este recorrido, está muy presente Sarah, de la que ha estado siempre enamorado. Boussole es para releer porque es tal la información que nos proporciona que no se acaba en una sola lectura, y eso que la he leído despacio.
A Boussole, le siguió Del color de la leche de Nell Leyshon. De esta novela me habló muy bien Núria y, después, Ana me dijo que se la había comprado el día del libro porque el título le había llamado la atención. Retuve el título y los comentarios, pero se me olvidaba comprarla, hasta que la vi en Reyes. En cuanto la empiezas, llama la atención la forma en la que está escrita y yo no sabía si lo que estaba leyendo era una de esas licencias que se toman los escritores modernos con la puntuación. Luego, cuando va avanzando la trama, se entiende el porqué de tal falta de atención a la forma. Poco puedo contar de la historia, sin desvelarla; únicamente decir, que es una historia cuyo desenlace se empieza a adivinar al final, pero que no molesta. Es una historia bastante emotiva.
Los jefes los he leído por poder hablar de ella. Hace mucho leí Los cachorros y me faltaba esta novela corta de la edición que tengo. Un Vargas Llosa genuino.
De János Székely, no había oído hablar nunca, pero en la librería, me llamó la atención la colorida portada de Los infortunios de Svobada y me lo compré, animada por leer algún escritor de espacios menos habituales para mí. A Alex no le ha convencido del todo, ve algunos defectos a esta historia viva, agradable, sencilla, ingenua, pero trascendente cuyo protagonista tiene objetivos naturales y no entiende de consecuencias globales. Pensé en esta historia cuando vi, Trece minutos para matar a Hitler.
En febrero, Isabel, al ver que no encontraba ningún libro que me atrajera, me prestó Plata Quemada, que lo tenía encargado. Yo lo acepté de buen grado porque no había leído todavía a Ricardo Piglia y recordaba que le habían dado el premio Formentor de este año. Plata quemada está basada en hechos reales y es la historia de un robo cometido en Buenos Aires. Los delincuentes huyeron a Montevideo, pero la policía les descubrió y, tras un fenomenal asedio, consiguió entrar en el piso en el que se habían atrincherado los ladrones. Esta novela me ha descubierto a un interesante escritor al que me gustaría seguir leyendo. De Plata quemada, han hecho una película
No podía faltar mi afición por los relatos cortos o cuentos como La laguna de oro y otras leyendas de América Latina y una Antología de Relatos de humor que incluye relatos de: Las mil y una noches, G. Chaucer, G. Baccaccio, O Henry, Saki, L. Pirandello, M. Mihura, E. Jardiel Ponceda, I. Bashevis Singer, S.Mrozek, R. Topor, N.Babbitt, J.Finn Garner, J.Moncada.
Hasta aquí han dado de sí estos meses de corta luz en cuanto a lecturas se refiere. Otras me esperan.
Beau Printemps
2 comentarios:
No sé cómo tienes tiempo de leer tantos libros!
Covadonga, he leido un libro de relatos (sólo 5, dos de ellos son mini-novelas), de un escritor ruso contemporáneo, Maxim Ossipov. No creo que nos veamos por Sant Jordi, pero creo que sería un buen auto-regalo. Se llama El grito del pájaro doméstico (yo leí la traducción en catalán, pero en castellano también la han publicado). De los libros que más me han gustado recientemente.
Un beso fuerte... y feliz Sant Jordi!
núria
¡Hola Núria! La verdad es que va por temporadas. Muchas gracias por la recomendación, buscaré mañana el libro de Ossipov.
Feliz S. Jordi también para ti. Grosses bises.
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