En 1891 Gauguin viaja a Tahití porque quiere pintar lejos de las norma academicistas, que no entienden su pintura, lo que provoca que no se pueda ganar la vida con la venta de sus cuadros ni mantener a su familia numerosa que vive en provincias. Al principio iba a viajar con él su familia, e intenta convencer a algún colega suyo, pero ni su familia ni ningún otro pintor lo acompañan en la aventura de pintar de forma libre, salvaje, lejos de los códigos morales, políticos y estéticos de Europa .
Una vez allí se adentra en la selva, haciendo frente a la soledad, la pobreza, la enfermedad. Allí conoce a una joven nativa, Tehura, que se convirtió en su esposa y en la modelo principal de sus más importantes pinturas. Pero la suerte sigue sin acompañarlo y tampoco gana para mantener a su joven mujer que acaba abandonándolo a pesar de todos los intentos que hace Gaugin por retenerla. Regresa a Francia con sus obras y aunque su nombre empieza a sonar entre los círculos artísticos parisinos, tampoco tiene el éxito esperado. Decide volver a Tahití, pero ya no volverá a encontrarse con Tehura. Allí se quedará hasta su muerte.
Es una película que tiene diversidad de opiniones entre la crítica, a mí no me acabó de entusiasmar.
Gauguin: Voyage de Tahiti - Gauguin: viaje a Tahití.
Dirección: Edouard Deluc.
Reparto: Vincent Cassel, Malik Zidi, Ian McCamy, Pernille Bergendorff.
Duración: 102 min.
País: Francia 2017.
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