Con esta novela Jean Echenoz se enfrenta a un nuevo reto literario que supera con maestría: ¿cómo escribir sobre la Gran Guerra, la primera guerra «tecnológica» del siglo XX, y la puerta, también, a medio siglo de barbarie sin precedentes?
La hábil y certera pluma del escritor francés avanza junto a los soldados en sus largas jornadas de marcha por los países en guerra, y acompaña también a cuatro jóvenes de la Vendée, Anthime y sus amigos Padioleau, Bossis y Arcenel, en medio de una masa indiscernible de carne y metal, de proyectiles y muertos, donde nadie ve nada, ni es nadie, sólo uno más del pelotón.
El escritor nos descubre también el vacío, la ausencia, el tenso silencio que dejan detrás los hombres cuando parten al frente, la huella de los exiliados, las plazas desiertas llenas de objetos sin dueño, después de la huida o de la ocupación. Pero también nos cuenta la vida que continúa, lejos de las trincheras, a través de personajes como Blanche y su familia, los propietarios de la fábrica Borne-Sèze. Y todo ello sin renunciar a esa sutil ironía que caracteriza la escritura de Echenoz, condimento imprescindible y seductor de un relato apasionante.
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