Estas navidades, he podido pasar por Madrid e ir a ver algunas de las exposiciones que me interesaban en torno a la obra de Goya. La jornada no empezó muy bien, porque salimos con veinte minutos de retraso que a lo largo del recorrido aumentaron a 28 ¡los trenes y los retrasos en estas fiestas! Después, no continuó Cuando llegué, fui al Museo del Prado a ver la exposición “Sigmar Polke. Afinidades desveladas” que pretende poner de relieve la influencia de Goya en este pintor alemán; pero cual fue mi sorpresa que están ya para pasar a las taquillas a sacar mi entrada, una de las señoras de seguridad me dijo que no podía entrar porque llevaba una maletita. Ante mi asombro, insistí porque ya había venido otras veces con equipaje y lo pude depositar en el guardarropía. No hubo argumento mío que hiciera variar el de las tres señoras de seguridad. Les pregunté que si esta nueva norma de que por las fiestas no se aceptaban equipajes aparecía en la página web del museo y me dijeron que no, cosa que todavía entendía menos. El caso es que no me dejaron entrar. Me marché muy contrariada porque parte del motivo de pararme en Madrid era ver esta exposición. Apesadumbrada, fui a ver la otra exposición sobre Goya a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Me encanta este sitio. Me encanta el edificio, Goya, y el personal, son super amables, el trato es magnífico e intentan ayudarte en todo lo que pueden. La exposición de Lita Cabellut inspirada en los Disparates de Goya, está bien y sorprende. Cada cuadro de la artista es una ampliación de alguno de los detalles que podemos ver en los Disparates de Goya. Me gustó, pero me gustan todavía más los Disparates propiamente dichos que los pueden admirar en la misma sala. ¡Qué violencia! ¡Qué escatología! ¡Qué fealdad de la vida y la de los hombres! y sin embargo, te quedas enganchada delante de estos grabados y de sus planchas. No es la primera vez que los veo, pero no se agotan.
Luego fui a la Fundación Mapfre. Siempre he visto muy buenas exposiciones allí, pero esta vez, de las tres que vi, solo una me gustó mucho que fue la del fotógrafo Weegee.
La que me pareció más interesante fue la de 31 mujeres Una exposición de Peggy Guggenheim. Está bien, pero no es espectacular, me esperaba más, tal vez por Peggy Guggenheim fue ya quiso dar un mayor protagonismo a las 31 pintoras de su época y que ahora, que se trata de poner en valor el talento femenino, se ha querido volver a exhibir. Siguiendo también la labor de mecenas de Paul Durand- Ruel se exponen algunos cuadros de los pintores impresionistas que él apoyó aunque no llegaron a alcanzar la fama de Monet, Renoir o Pissarro y se entiende muy bien por qué.
Esto fue todo lo que me dieron de sí estas horas que pasé en Madrid.