El Teatre Lliure presenta El misantrop, una nueva versión del clásico de Molière dirigida por David Selvas y protagonizada por Pol López y Mireia Aixalà. Ambientada en una empresa discográfica, el nuevo montaje de La Brutal explora la hipocresía, la vanidad y la obsesión por las apariencias en un mundo influenciado por las redes sociales.
Después de estrenarse en el festival Grec, el montaje llega a la sala Fabià Puigserver de Montjuic del 4 de diciembre al 4 de enero. La nueva versión se acerca al público a través de un lenguaje actual, la influencia de las redes sociales y la música en directo, pero mantiene la esencia de la comedia original de Molière. "El misántropo es un texto importante que nos pone ante el espejo en relación con la hipocresía, la falta de valores y cómo estos desaparecen", cuenta Selvas.
Pol López y Mireia Aixalà encabezan el reparto como Alceste y Célimène, una pareja en crisis que se enfrenta a las contradicciones de la sociedad moderna. Alceste, un amante de la música desilusionado con la falsedad del mundo que le rodea, busca la verdad a cualquier precio, mientras que Célimène, una mujer ambiciosa y pragmática, se mueve con habilidad en el entorno de la industria musical. A su lado, Laia Alsina, Júlia Genís, Norbert Martínez, David Menéndez, Alex Pereira y Albert Prat completan el reparto.
Selvas ha trabajado junto al dramaturgo Sergi Pompermayer para actualizar la trama y los personajes, dotándolos de una mayor profundidad psicológica. También ha tenido un papel clave la versificación de Pablo Macho Otero, que ha reescrito el verso alejandrino del original con un lenguaje actual, lleno de juegos de palabras y referencias a la realidad de hoy en día.
El espacio sonoro y la música de Paula Jornet y Adrià Jornet también juegan un papel fundamental. A lo largo de todo el montaje, la palabra se mezcla con una banda sonora que contiene grandes hits de la música pop y rock así como temas originales, tocados e interpretados en directo por los mismos actores y actrices. Completan el montaje la escenografía de Alejandro Andújar, el vestuario de Marta Pell.
En el título del post pongo solo el título de la obra que fui a ver. Evito poner que es de Molière porque esta obra no es la que escribió el dramaturgo francés ni por asomo. Como ya he dado mi opinión sobre esto que está de moda de "actualizar a los clásicos" no voy a repetirlo porque si tanto me molestara, lo que tengo que hacer es no ir a ver estas versiones, pero es que tengo curiosidad y además, es que voy con la idea de ver otra cosa diferente de lo que dice el título, por lo tanto, puedo disfrutar de la velada sin pensar en el original.
Debo admitir que la selección musical me gustó, lo demás pues más o menos; me llama la atención eso que dice Macho de que actualizó el lenguaje y que le costó mucho; no lo dudo, pero llenó el texto de tacos, nada que ver tampoco con el decoro del teatro de Molière ni del actual. Los actores gritan mucho.
Afortunadamente, Núria pudo venir a ver la función, aunque, en un principio la había descartado. Un placer pasar un ratito hablando con ella y compartir cultura. Una buena manera de encetar las fiestas de navidad.
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