"EL SABER SE DEBE TANTO AL INGENIO COMO AL GUSTO."









jueves, 30 de enero de 2014

FÉLIX GRANDE


Félix Grande
(Mérida, Badajoz, 4 de febrero de 1937 - Madrid, 30 de enero de 2014)


 Donde Fuiste Feliz 

Donde fuiste feliz alguna vez
no debieras volver jamás: el tiempo
habrá hecho sus destrozos, levantando
su muro fronterizo
contra el que la ilusión chocará estupefacta.
El tiempo habrá labrado,
paciente, tu fracaso
mientras faltabas, mientras ibas
ingenuamente por el mundo
conservando como recuerdo
lo que era destrucción subterránea, ruina.

Si la felicidad te la dio una mujer
ahora habrá envejecido u olvidado
y sólo sentirás asombro
-el anticipo de las maldiciones.
Si una taberna fue, habrá cambiado
  de dueño o de clientes
y tu rincón se habrá ocupado
con intrusos fantasmagóricos
que con su ajeneidad, te empujan a la calle, al vacío.
Si fue un barrio, hallarás
  entre los cambios del urbano progreso
tu cadáver diseminado.

No debieras volver jamás a nada, a nadie,
  pues toda historia interrumpida
tan sólo sobrevive
para vengarse en la ilusión, clavarle
su cuchillo desesperado,
morir asesinando.

Mas sabes que la dicha es como un criminal
  que seduce a su víctima
que la reclama con atroz dulzura
mientras esconde la mano homicida.
Sabes que volverás, que te hallas condenado
a regresar, humilde, donde fuiste feliz.
Sabes que volverás
porque la dicha consistió en marcarte
con la nostalgia, convertirte
la vida en cicatriz;
y si has de ser leal, girarás errabundo
alrededor del desastre entrañable
como girase un perro ante la tumba

de su dueño… su dueño… su dueño…

Premios: 

1963  Premio Adonais de Poesía.
1979  Premio Nacional de Poesía.
1980  Premio Nacional de Flamencología.
2004  Premio Nacional de las Letras.



lunes, 27 de enero de 2014

JOSÉ EMILIO PACHECO - INMEMORIAL


José Emilio Pacheco
(Ciudad de México, 30 de junio de 1939 - 26 de enero de 2014)


INMEMORIAL

El misterioso día
se acaba con las cosas que no devuelve

Nunca nadie podrá reconstruir
lo que pasó ni siquiera en este
más cotidiano de los mansos días

Minuto enigma irrepetible

Quedará tal vez
una sombra una mancha en la pared
vagos vestigios de ceniza en el aire

Pues de otro modo qué condenación
nos ataría a la memoria por siempre

Vueltas y vueltas en derredor de instantes vacíos 

Despójate del día de hoy para seguir ignorando y viviendo

* Premios:

Magda Donato (1967)
Xavier Urrutia (1973),
Premio Nacional de Periodismo (1990),
Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de la lingüística y literatura (1992),
Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2009)
Premio Miguel de Cervantes(2009).


sábado, 25 de enero de 2014

D.O.



La vida nos empuja a cada cual en una determinada dirección y volverse a encontrar, a veces, cuesta de lo lindo, pero, por gracia, en estos días, he podido quedar con mi prima.
Después de tanto tiempo – hicimos cuentas y salieron tres años y medio ya- la mirada se va posando poco a poco en la presencia; reconoces rasgos, te sorprenden otros. Los grandes ojos claros, la sonrisa marcada, siguen delineando los trazos particulares de este rostro todavía joven.
Lo que no estaba y que ahora forma parte del conjunto: el pelo largo, con un baño de color desleído, marcaba un aire descuidado, un aspecto más suelto.  Tal vez, fuera porque era una cena informal  o simplemente, porque es lo que hace la confianza, que nos esmeramos solo en presentarnos con lo que tenemos, con lo que somos. Yo  también fui con lo puesto, tampoco tengo mucho más.

Llegó la camarera. Anotó la comanda. El local se empezó a llenar poco a poco.

-Te veo bien, más guapa- me dijo para mi sorpresa. 
-Gracias, le respondí.
- ¿Y tú cómo me ves a mí?- me preguntó.
- Tú estás más serena- le contesté.

No tardaron mucho en servirnos y la mesa para dos se fue llenando de platillos de bravas, quesos, humus, croquetas caseras de jamón, -aunque las dos prefiramos no comer carne- y dos copas de vino: un Penedés suave y un Campo de Borja bien estructurado;  como si fueran el decorado para que, sin previo aviso, y como en un afán de dejar reposar la tierra, de allanar los corazones; el pasado se colara en esta mesa llena de presentes.  Un pasado sobre el que se hizo varias preguntas y para el que yo, por mi  escasa dedicación al fisgoneo, no tenía respuestas bien ensambladas. A mí, me interesaba más el presente. Un presente que se intentaba apuntalar con  un “ y esto me ha ido bien o eso te ha ido bien”  y que, sin embargo, seguía hablándonos de pasado, aunque de un pasado más presentePero, como el hoy es hoy, ni es ayer y ni mucho menos es mañana; este presente acabó asomando filamentado a los postres, como acompañando a la corriente que sentía cada vez que alguien abría la puerta y podara el avance por sendas ya trenzadas.

Nos despedimos fuera, en la puerta. Ella se fue para arriba, yo para abajo, sumergidas en el anonimato de la calle bulliciosa; como punto y final  de esta grata rencontre de dos D.O., de dos Direcciones Opuestas, que no se sabe cuánto tiempo  tardarán en volver a compartir vida.


miércoles, 22 de enero de 2014

AH'MED EL QALYUBI


TEMOR DE LA CÓLERA



En una de sus guerras, Alí derribó a un hombre y se arrodilló sobre su pecho para decapitarlo. El hombre le escupió en la cara. Alí se incorporó y lo dejó.
Cuando le preguntaron por qué había hecho eso, respondió:

-Me escupió en la cara y temí matarlo estando yo enojado. Sólo quiero matar a mis enemigos estando puro ante Dios.




sábado, 18 de enero de 2014

"Y su sangre ya viene cantando..."


¡Se notan ya los días!

Es cuando llegan San Antón y sus mascotas,  que se nota que  los días han ido creciendo. La pata de una gallina, dicen en mi pueblo; me gusta mucho esa imagen, aunque, ¿quién sabe cuánto es eso?
Falta mucho todavía para que dejemos de ponernos calcetines. La lluvia, el granizo, la niebla, la nieve o el viento frío siguen en muestra compañía, aturden muestras manos.
Y, sin embargo, ya nada es lo mismo: la luz ha cambiado.

                                                         Y  pronto llegarán las mimosas. 



*"Y su sangre ya viene cantando..." , Federico García Lorca.



miércoles, 15 de enero de 2014

JUAN GELMAN

JUAN GELMAN

(Buenos Aires, 3 de mayo de 1930 - México, D. F., 14 de enero de 2014)

La muerte
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.


Este poema se puede leer en  la bitácora  del propio actor: http://www.juangelman.com/wordpress/

Galardones
Premio Cervantes (2007).
Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (2000)
Premio Ramón López Velarde (2003).
Premio Pablo Neruda (2005).

domingo, 12 de enero de 2014

TOKYO KAZOKU - UNA FAMILIA DE TOKIO


El director Yoji Yamada, a sus 80 años,  ha hecho una nueva versión con Una familia de Tokio, de la famosa película del director de cine japonés Yasujiro Ozu, Cuentos de Tokio (1953), tal vez, porque, aunque hayan pasado ya sesenta años, el tema está muy de actualidad: el contraste entre el modo de la vida del campo y el de la ciudad, que se ejemplifica entre el modo de vida de dos generaciones de la misma familia.
La cinta comienza con la llegada a Tokio de los padres que viven en una pequeña isla; el matrimonio quiere pasar unos días con sus hijos. En seguida, se dan cuenta de que, a pesar de lo deprisa que va todo fuera de su tranquila isla, el tiempo que se gana no sirve para hacer de la vida algo sencillo y armonioso, más bien al contrario; sus hijos viven tan rápido, que sus ancianos padres no encajan en sus repletas y rígidas agendas y se van a convertir para ellos en un estorbo: en casa de su hijo mayor, que es médico, no se pueden quedar mucho tiempo y en casa de su hija, que tiene un salón de peluquería, tampoco porque el espacio vital en el  sus hijos pasan sus días es diminuto: se circunscribe al piso superior de sus viviendas porque en la planta baja  de las mismas, atienden a sus pacientes, a sus clientes. Ante esta situación,  tienen que pasar una noche fuera,  lo que lleva al padre a que se atreva a decir que la situación de sus hijos, que no es mala, no corresponde exactamente con lo que él había soñado para ellos;  por no hablar de su hijo pequeño, -el más denostado por el padre y también por la hermana-, que no tiene un trabajo regular, trabaja en el teatro y que, por el contrario, va a ser el único que se dé cuenta de lo que supone para él lo que va a vivir estos días.
La película cuenta  pues, la historia de una familia japonesa actual que se enfrenta a la dicotomía entre generaciones,  entre el campo y la ciudad, entre  el progreso y los sentimientos; sentimientos que parece que tampoco tengan reposo y que cambien a la velocidad de un tren bala. Sin embargo, esta película no es que sea el  reflejo de una cultura oriental muy avanzada porque podía también representar situaciones que no están lejos de lo que se pueda estar viviendo en familias occidentales.


Tokyo kazoku - Una familia de Tokio.

Director: Yôji Yamada.
Intérrpretes:  Isao Hashizume, Kazuko Yoshiyuki, Tomoko Nakajima, Yu Aoi, Yui Natsukawa,Satoshi Tsumabuki, Masahiko Nishimura, Shigeru Muroi, Shozo Hayashiya, Etsuko Ichihara, Bunta Sugawara.
País:Japón.
Año: 2013.
Duración: 146 min.
Premios: 
2013: Seminci de Valladolid: Espiga de Oro (Mejor película).


EL VALOR DE LOS ERRORES

Cada vez que cometo un error me parece descubrir una verdad que no conocía.

MAETERLINCK, Maurice  



Hay momentos en los que las circunstancias hacen que alguna persona aparezca en tu vida, alguien a quien no esperabas, alguien con quien no contabas, alguien con el que vas a compartir tu trabajo.
Si desde un principio, la relación se establece desde la proximidad, desde la cooperación, si nadie está un peldaño más elevado que el otro, todo va a ir fluyendo de una forma natural y espontánea.
Recibir a esta chica todas las mañanas ha supuesto para mí compartir intereses, asegurarme de que lo que hago tiene validez porque, en esta era de la tecnología, casi todo se queda obsoleto al cabo de nada y por su puesto, ha supuesto retrotraerme a mis años de comienzo, a mis años de aprendizaje y un poco de nostalgia, ciega la mirada que se pierde en la neblina de los recuerdos.

-¡Jo! Es que tú tienes mucha experiencia.- Me dijo el otro día.
-Sí claro, soy más mayor que tú.
-Pero la edad no es ninguna garantía, me contestó. Cierto, ella hablaba de otra cosa y a la vez, quiso ser cortés.
Yo le respondí que uno tiene experiencia cuando es capaz de minimizar los errores y no ensalzar, en exceso, los aciertos; cuando uno gestiona ambos con naturalidad puesto que solo esperas a que den unos ciertos beneficios inmediatos, los justos, porque en la mayoría de los casos,  intuyes que los beneficios vendrán más largo.
Equivocarse, en general, no es trágico cuando empiezas si eres una persona con una dosis de humildad suficiente y si lo que pretendes es aprender a hacer las cosas bien; si quieres poner tu saber al servicio de otros  y si quieres que sean ellos los que acaben de sacar todo el provecho.

Ahora me equivoco menos, es lógico, conozco lo que hago, pero si comenzara a hacer lo que todavía no conozco, me equivocaría tanto como ella o tal vez más, porque ella es más despierta, más lucida, más brillante y también, más joven.

viernes, 10 de enero de 2014

Iñaki gabilondo: 'La lengua que nos une' - XVIII Premio Miguel Delibes




Iñaki Gabilondo es el ganador del XVIII Premio Nacional Miguel Delibes de Periodismo, en la primera convocatoria que se abre a medios audiovisuales y digitales. El jurado eligió por unanimidad el programa 'La lengua que nos une', dirigido por el veterano periodista y emitido por la Cadena Ser el 27 de octubre desde Panamá con motivo del VI Congreso Internacional de la Lengua Española. Iñaki Gabilondo estaba acompañado por Víctor García de la Concha y Mario Vargas Llosa. A la edición que marca la mayoría de edad del galardón se habían presentado 24 autores con 40 trabajos publicados en prensa, radio y medios digitales, sin que se recibieran candidaturas de televisión.
Iñaki Gabilondo se une a una lista de ganadores inaugurada en 1996 por Fernando Lázaro Carreter y en la que se han reconocido también varios trabajos publicados en este diario. Este año el jurado lo formaban el anterior galardonado, Isaías Lafuente, el director de la Real Academia de la Lengua, José Manuel Blecua, el director de El Norte de Castilla, Carlos Aganzo, la vicedirectora del '20 minutos', Virginia Pérez, el periodista Antonio San José, actual responsable de comunicación de AENA, Emilio de Palacios, patrono vitalicio de la Fundación Miguel Delibes, y el presidente de la Asociación de la Prensa de Valladolid, convocante del premio, Jorge Francés. Beatriz Sanz, de la APV, hizo las veces de secretaria del jurado, sin voto.
Entre las novedades de esta edición está el cambio de patrocinio de Caja España-Caja Duero a La Caixa y la integración en la organización de la Fundación Miguel Delibes. La entrega del galardón será el próximo día 23 de enero en el Teatro Calderón de Valladolid.

Fuente: El Norte de Castilla.




miércoles, 8 de enero de 2014

GIANNI RODARI



 “ 'Creatividad’ es sinónimo de pensamiento divergente, o sea, capaz de romper continuamente los esquemas de la experiencia. Es ‘creativa’ una mente que trabaja siempre, siempre dispuesta a hacer preguntas, a descubrir problemas donde los demás encuentran respuestas satisfactorias, que se encuentra a sus anchas en las situaciones fluidas donde otros sólo husmean peligro; capaz de juicios autónomos e independientes (incluso del padre, del profesor y de la sociedad), que rechaza lo codificado, que maneja objetos y conceptos sin dejarse inhibir por los conformismos”.


Gianni Rodari, Gramática de la Fantasía.


lunes, 6 de enero de 2014

ORO, INCIENSO Y MIRRA

Cuando volvía, a eso de las once de la noche, el aeropuerto estaba tan tranquilo que no parecía él mismo.  Por los largos pasillos, solo había un grupo de señoras de la limpieza; en el bar, el camarero reponía existencias, las últimas dependientas echaban las persianas abajo, las luces sofocantes de las tiendas y el bullicio de los pasajeros quedaba para la puerta de llegadas donde, un grupo de japonés dormidos atendía desganado las indicaciones de la señorita de la agencia de viajes; a algunos no les había dado tiempo a peinarse, pero sí a colocarse sus mascarillas y arrancar en tropel siguiendo las consignas. Me di prisa para adelantarlos, si no me hubieran ‘dado las uvas’ y era muy tarde.
Durante el trayecto hasta casa, pensaba que me encontraría con la felicitación de mi primo José Luis. Todos los años, me manda una postal de navidad deseando Felices Fiestas y Feliz Año; pero para mi desilusión, no había felicitación alguna en el buzón ni la suya, ni  tan siquiera la de los rezagados. Pero eso ya me lo imaginaba antes de marchar, porque este año, solo hemos acudido a la cita de mandarnos una postalita, mi amiga Cristina y yo, que desde hace un porrón de años, echamos al correo la más hermosa de las felicitaciones. A mí, desde siempre, me ha gustado esto de comprar las tarjetas Unicef para desear a mis amigos lo mejor para Fiestas y  Año Nuevo, pero creo que esta costumbre va a pasar a la posteridad, lamentándolo mucho por  las ONGs.
Cierto que de este modo, felicito y me felicitan gente, que si no, probablemente no lo hiciéramos, pero han sido las felicitaciones más impersonales que nunca he recibido ni mandado, gracias a esto de las redes.
 Y así, cuando abrí el WhatsApp, el día de Navidad, descargaron tropecientos envíos. Un tanto abrumada, me puse a responder uno a uno con un mensaje de texto, pero empecé a sentirme mal por tres motivos: uno, porque mis respuestas, aunque sinceras, parecían pasadas de moda; dos porque ni siquiera, me estaba acordando de poner un arbolito navideño o un Papa Noël en las respuestas; tres, por no haber buscado  nada  para mandar a los amigos apropiado al medio de envío,  y ¡mira que me habían enviado bonitos! Entonces se me ocurrió, al mismo tiempo que seguía abriendo mensajes, mandar uno que me había gustado mucho; pero memos mal  que no lo reenvié porque, al acabar la tanda de recibidos, había tres animaciones iguales y cuatro imágenes con la misma horrible sartén. El caso es que en casa, también iban recibiendo los mismos!
¡Toma mensajes! ¡Toma felicitaciones!, que diría el cuervo Rockefeller, el personaje de  José Luis Moreno.
Para el Año Nuevo, tres cuartos de lo mismo y aquí, sí que ya no me pude resistir y reenvié uno a bastante gente. No sé si les llegaría repetido o no, pero es que ¡Es tan fácil copiar! ¡Es tan fácil repetir las mismas horteradas! ¡Es tan fácil llenar el WhatsApp con las mismas presentaciones ñoñas e incluso de mal gusto, como antes  con el correo, que al final casi nadie abría por falta de tiempo!
Por favor, ¡que alguien haga algo para evitarlo! antes de que mañana, los más ocurrentes repetirán con los Reyes Magos.

Esto de la globalización se nos ha metido en la agenda. Sí que es cierto que gracias a ella, gracias a las redes sociales  confraternizamos con mucha gente porque tenemos un montón de agregados pero, con quienes nos rozamos poco.
A ver si este año,  a Los  Reyes Magos,  además de  llenarnos  la casa de paquetes de enormes lazos, no se les olvida Oro para que seamos gente importante para muchos. Incienso para que seamos  irrepetibles, para algunos y por si acaso, Mirra para que nos ayude a curar heridas y embalsamar ofensas en su delicado aroma, si es que esos mismos roces nos escuecen.



sábado, 4 de enero de 2014

"SUR" UN SAC DE MAL DE L 'AIR

Cuando viajo, suelo llevar un libro no demasiado pesado porque, bastante peso ya suponen la maleta y el bolso; pero esta vez, no cogí ningún libro pensando que el trayecto quedaría amenizado con la lectura de Ronda, la revista de Iberia, que es muy entretenida. Sin embargo, no tuve en cuenta que, al viajar los primeros días del año, todavía no les había dado tiempo a reponer la nueva edición, al coincidir con fiestas. Por lo tanto, me encontré sin nada que llevarme a los ojos durante el trayecto, porque la revista que había en el bolsillo del asiento era la de diciembre y esa ya la había leído.
Pensé entonces, que podía aprovechar el viaje y ponerme a escribir algo para el concurso de relatos, al que amablemente me han recordado que participe.
Pero, por más que rebusqué en el bolso, no encontré nada sobre lo que poder extender unas cuantas palabras. Miré entonces, en el bolsillo del asiento de delante y por fin, encontré algo en blanco. Al principio, creí que me sería imposible escribir allí; el papel llevaba una pátina brillante y el boli resbalaría. Lo intenté con poco convencimiento y cuál fue mi sorpresa, cuando comprobé que el boli se deslizaba. Al comenzar a escribir pensé, que qué triste, qué pobre bolsa, ahora convertida en borrador de un insulso y anodino escrito, del que no sabía ni por dónde empezar. Antes estas reflexiones casi, casi, desisto del intento; pero, enseguida, se me ocurrió que nada de eso, que al contrario, que qué original utilidad iba a dar a esta sencilla bolsa de papel satinado y, sin dar ya más vueltas, me puse a escribir.


Entretanto, las pasajeras –supuse, una madre y una hija veinteañera- de la otra fila de asientos, llevaban, desde hacía un buen rato, una  conversación electrizante, bueno mejor dicho, un monólogo absorbente y vehemente: la joven estaba muy enfadada y yo creía que el 'sermón' se lo estaba soltando a la madre. Como yo estaba con ganas de poder escribir algo en mi flamante Air Sickness bag, la miré a ver si captaba que esperaba que bajara el tono pero, nada más lejos de la realidad; ella siguió, enfrascada como estaba, en escupir cabreos, sacar ofensas, escarnios o desilusiones. La madre, aunque callada, compartía el discurso. A mitad del vuelo, pareció que ya había vaciado toda su talega emotiva, mientras que yo seguía emborronando el terso papel con más pena que gloria.
Lo que no sé es dónde quedó recogido todo el 'desaloje' porque, en ningún momento, la vi utilizar el Sachetto mal d’aira del bolsillo de su asiento -y eso que mal, mal tenía la chica- y, sin embargo, todo estaba limpio. Tal vez la madre la hizo de Bolsa de mareo y, tal y como piden las instrucciones: ”Después de usar, veuiller replier dessus”, debió de hacer la señora, para que no se escurriera nada por los asientos. La mía, por el contrario, la guardé, sin riesgo alguno, en el bolso porque la tinta de estas cuantas frases no se desparrama.
Esperemos que el mal  de l’air, les durara solo el vuelo.
Y yo espero tener mejor ocasión para empezar a escribir alguna historia  en femenino que merezca la pena.

miércoles, 1 de enero de 2014

… HAY ESTRELLAS, SOL Y LUNA…


Antes de que las burbujas d’un rosé ou d’un blanc de noir descarguen en el aire y viajen junto a nuestros mejores deseos para el Nuevo Año; un ligero eco de lo  pasado resuena y me parece que, para esta ocasión, la frase que leí en Tierra desacostumbrada hace un tiempo: "Los días se arrastran; los años vuelan”, viene que ni pintada. Otro año que se va, qué rápido ha pasado y sin embargo, ponerse a recular 365 días, tal vez, sea mucho desandar porque, vistos desde estos momentos, han pasado en un santiamén y casi parece que haya que tomar aliento, para recordar momentos que podamos archivar en el Recuerdo. 
A vista de pájaro, 2013 ha sido un año menos sulfuroso que el 2012 pero, ya  en reposo, este año que se va, ha tenido su miga, sobre todo, por las decisiones. Decisiones que, a veces, no se sabe si son buenas, malas o todo lo contrario, hasta más adelante. Y en esas estoy, a la espera de que den su fruto o su disgusto, o que rueden calle abajo; aunque no de todas, porque algunas, ya van; - y esto siempre es un descanso- ya que esta favorable inercia desata madejas y lleva a  otros enrames; enrames, que al principio, parecían que iban un poco al tuntún; y que sin embargo, siempre han ido con ton y son.



Mis mejores deseos para el  Año Nuevo.

2014,  otro año que marcará hitos.