Hace tiempo que las
palabras no venían a acompañarme, no querían salir, se habían quedado a la puerta, como guardándola. Tarea vana. Lo
que tenía que entrar, entró, pasó entre las rendijas. Silenciosa, muda, fue
tanteando durante unos días hasta que encontró descuidado lo que había venido a
buscar y, sin mediar palabra, se lo llevó.
Nunca pide permiso, sabe que pocos se lo darían de buen
grado.
Las palabras casi ni se
enteraron: algún balbuceo discontinúo, algún gemido extraño que tapó el ruido de cazuelas y
cacharros.
Ya nada había que decirle... Callaron las palabras.
À José E. V. F.H.A - le 16 mai 2014.
1 comentario:
Te sigo echando mucho de menos. A lo mejor, nos vemos pronto, tal vez más pronto de lo previsto. Grosses bises.
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