"Pour le commerce, la guerre présente beaucoup d'avantages, même après."
Con los
premios Goncourt últimamente, me pasa lo mismo. Los empiezo a leer antes de
irme de vacaciones y como no me da tiempo a terminarlos, los tengo que dejar
hasta la vuelta, descansando. Menos mal que no me ha costado retomar la trama de esta novela de Pierre
Lemaitre -Premio Goncourt 2013- con la que se une a la celebración, al recuerdo del Centenario de la I Guerra Mundial, la Gran Guerra.
Ésta es una novela donde Lemaitre mezcla con gran habilidad y maestría literaria, tragedia con mayúsculas, amistad y solidaridad, enfermedad y tristeza, poder e influencia, éxito y derrota, opulencia y pobreza, soborno, malversación
y honestidad, e incluso puede que algunos lectores encuentren ciertos destellos de humor.
La historia comienza el 2 de noviembre de 1918 en el
frente de La Meuse. En la cote 113 todos los soldados esperan ya la rendición
de Alemania y volver a casa. Sin embargo, el lugarteniente Henri d’ Aulnay-
Pradelle, no quiere dejar pasar la oportunidad de pasar a la historia como un
héroe y manda a algunos de sus soldados que se adelanten a explorar el terreno.
Los alemanes los matan. Varios de sus compañeros quieren
vengarles, entre ellos Albert Maillard, quien descubre, con estupefacción, que sus camaradas han muerto pero de un tiro a la espalda. Nada más darse cuenta
de este hecho, es enterrado, literalmente, bajo 20 centímetros de tierra, por un
obús y hubiera muerto de no ser por el arrojo y la valentía de uno de sus
compañeros de trinchera Édouard Péricourt, que consigue desenterrarlo pero, desgraciadamente
para él, va a recibir un impacto que le va a desfigurar el rostro de la boca
para abajo. Gracias a esta tremenda circunstancia va a nacer entre los dos
soldados una relación muy especial: Albert, en agradecimiento, se va a ocupar
de Édouard que queda convertido en un monstruo y con grandes dolores, razón por
la cual, no quiere volver con su familia de la alta burguesía parisina, ya que
no quiere que lo vean así. Pero es que Albert también se va a tener que
esconder de Pradelle porque éste sabe que Maillard conoce los hechos ocurridos
en el frente.
Édouard y Albert se encuentran en la más absoluta miseria
en la Francia de la posguerra, hasta que a Édouard, que tiene dotes artísticas,
se le ocurre vengarse de la Madre Patria, para lo que va a contar con el beneplácito y la colaboración de
Albert, que antes de soldado fue cajero en un banco.
El relato acaba articulándose con el retrato de la
familia de Édouard: su padre y su hermana, quien se casará con el gran
arribista que se cruzará en su camino cuando éste se empezaba a ocupar del floreciente negocio de las tumbas y de los ataúdes
de los soldados muertos durante la guerra, con lo que las historias personales se acaban cruzando.
Completan el cuadro de personajes, una chica pequeña, a
la que entusiasman las máscaras de Édouard, la ‘novia’ de Albert y un
funcionario honesto que pone entre la
espada y la pared al crápula.
El título del libro hace referencia al final de una carta
que escribe Jean Blanchard a su mujer antes de ser fusilado: “Au
revoir, là- haut, ma chère épouse.”
Pierre Lemaitre.
Au revoir, là-haut.
557 páginas.
Editoral: Salamandra.
566 págs.
Prix Goncourt 2013.
Prix roman France Télévisions 2013.
Prix des libraires de Nancy Le Point, 2013.
Roman français préféré des libraires à la rentrée, 2013.
Meilleur roman français 2013 décerné par le magazine.
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