"EL SABER SE DEBE TANTO AL INGENIO COMO AL GUSTO."









lunes, 1 de mayo de 2017

"No me tienes que dar porque te quiera..."

Llevo un poco de retraso con mi blog pero, antes que nada no quiero que falte la entrada de la Semana Santa de Medina porque este año ha sido especial. ¿Por qué? porque ha venido la tele. Yo me puse muy contenta, y mandé WhatsApps a todos mis amigos de fuera e incluso del extranjero, dándoles la noticia aunque sabía que no podrían verlo.
No es la primera vez que transmiten, por televisión, la procesión, tanto a nivel nacional como regional, pero sí que es la primera vez que salimos por la tele desde que la Semana Santa de Medina de Rioseco fue declarada bien artístico de interés internacional. Si ya desde el Domingo de Ramos, el pueblo está lleno de gente, el Viernes Santo de este año, que era el día D, fue " por demás" - como dice mi madre-, todo el mundo estuvo en Medina y así en mi calle, desde primera hora de la mañana, fue muy difícil aparcar porque desde el miércoles habían cerrado el aparcamiento del corro San Miguel, para facilitar la instalación de los bártulos de la tele y los coches tuvieron que ir llenando todos los huecos disponibles, aunque estuvieran  más lejos.
Yo no soy especialmente de procesiones, porque se hacen eternas, pero este año la he visto por la tele y, de verdad, que estuvo muy bien porque las tomas fueron muy acertadas y se pudo ver todo magníficamente. El pueblo parecía mucho más bonito y singular. Además, los comentaristas estuvieron muy bien y, con ellos, aprendí y comprendí la simbología de ciertas maneras de hacer, que se me habían escapado desde siempre.
Pero además de que viniera la tele, concretamente TVE2, o de que no haya llovido y de que la cosecha se haya perdido, las gentes de mi pueblo  comentaban otro evento por el que se  sentían muy felices y que a mí me contaron en un corrillo a la hora del vermut: M.C. se ha casado con su novio de siempre. Yo no entendía nada de nada porque esta chica -hija de una de las familias bien de mi pueblo- hace 16 años se fue de Medina, dejando todo y a todos porque entendió que se le pedía otra cosa y que tenía que dedicarse a todo ello en cuerpo y alma. Su novio se quedó en el pueblo - yo no sabía que había salido con este chico que viene de una familia más modesta que la suya-, y el destino lo convirtió en el apoyo de su madre cuando perdió a su hijo joven y la mujer quedó medio ida.Yo la recuerdo muy bien porque coincidí con ella y con él un día en la biblioteca y de este encuentro escribí una entrada, muy al principio del blog,  "Cuando para llorar, leo" . El caso es que M.C. ha vuelto a casa, su vida de entrega se ha debido de frotar contra la realidad interesada hasta desgastarse y se le ha debido descuadrar la relación entre fines y medios ya que la hipocresía es difícil de sobrellevar para un corazón leal. Como leal ha sido su novio todos estos años porque no se le ha conocido relación alguna, parece que nunca se resignó a perderla, parece que la estuviera esperando para retomarlo todo en el mismo punto donde lo habían dejado, sin reproche alguno, con la misma sencillez y discreción de siempre. La ceremonia, según me comentaron, fue en la capilla de la Milagrosa del colegio de San Vicente de Paul. Sor Mila, feliz, feliz y diciendo a todo el mundo que cosas como ésta, no se alcanzan a explicar solo desde el alma humana, que el Amor, en mayúsculas, solo proviene de una única fuente: Dios, porque Dios es el Amor. Sea como sea, el caso es que M.C. se ha casado con el hombre que la ha aguardado durante 16 años y eso ha sido celebrado por todo el pueblo. Yo los vi sentados juntos, juntos en un banco. No faltaba  nada ni nadie; ellos dos lo llenaban todo, qué bien juntos...
Si pensamos en M.C y su marido y en Macron y su esposa, podemos considerar que hay romances reales que ni en las mejores novelas del XIX, y que va ser cierto lo que decía Cervantes: "El amor junta los cetros con los cayados; la grandeza con la bajeza; hace posible lo imposible; iguala diferentes estados y viene a ser poderoso como la muerte". Esto que acabo de contar no hacen más que  darle la razón, porque  hay historias que nos devuelven  el amor a la vida y escupen las vilezas.


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