Pero a los que honran mi nombre
los iluminará un sol de justicia
que lleva la salud en las alas.
los iluminará un sol de justicia
que lleva la salud en las alas.
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Pero la vida sigue y sigue para tomar el camino sin regreso, camino que posee una especie de un magnetismo por el que, una vez entrado en él, es imposible salir. Y así he comprobado que, por senda alguna, han regresado mis seres más queridos, que su vano no se cierra nunca y como la desorientación del perder los referentes de tus orígenes hace tambalear tu sino. Generalmente, la vida te reconduce, esperas recuperarte de semejante extravío, pero a medida que pasa el tiempo no siempre ocurre así ya que no hay tregua ni sosiego para los que batallan en ambos lados del camino y ellos no lo saben.
En el mismo marco y sin salirme del guion, también me ha dado tiempo para seguir reflexionando y si algo me ha maravillado de mí misma, ha sido de la capacidad que he tenido de volcarme en los que comparten conmigo un momento de la vida, estuvieran lejos o cerca, me ha dado igual. De esto no me había dado cuenta hasta ahora, a pesar de que, una vez, Serge, mi estimado Serge, hace más de doce años, al ver como manejaba mi vida, me dijo que no se puede dar siempre porque se acaba. Fue una manera muy poética de prevenirme. Yo entendí perfectamente lo que me decía porque mi madre decía lo mismo: " Donde quitas y no pon, se llega al hondón" y porque ya estaba recibiendo señales de los efectos que, esta manera de vivir, ocasionaba pero, ¿cómo se puede poner freno al que corre veloz a inmolarse en el destino? porque, si algo tengo claro, es de que si no encajas, te empotras y, por si te faltase ayuda para intentar hacerlo mejor la vez siguiente, aparece una persona que no está contenta, y te pide más y, ¿cómo te vas a negarle nada cuando lo importante es que esté complacida? No te olvides de que siempre está peor que tú. Sin querer, empiezas a dejar tus cosas para mañana, un mañana que se aleja y, como ese mañana está permanente lejos, no importa porque no molesta. Pero ese mañana llega, te pilla a contrapie y comienzas a dudar un poco de todo, sobre todo, cuando te das cuenta de que, aquello que antes solo les ocurría a los demás, ahora te está ocurriendo a ti y lo tuyo es grave, incluso muy grave aunque tu aspecto no lo señale. Hasta para eso se es diferente... así que nunca tendrás la clemencia de los facinerosos, al contrario, todavía se puede echar "más madera".
Pero volvamos a la calma del hoy es hoy, el ayer ya ha pasado, unas veces bien, otras mejor porque, en estos momentos, lo que toca preguntarse es por el futuro. En estos momentos, lo más importante, lo único relevante es que exista un mañana para aquellos que brillan por las estrellas.
** Esculturas de Louise Bourgois.
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