En años anteriores, cuando llegan estas fechas, escribía sobre los días de Semana Santa de mi pueblo, de Medina.Siempre vivía algún momento o conocía alguna curiosidad que me daba para escribir una entrada.
Que este año no había escrito nada, me di cuenta cuando publiqué el poema de Gabriela Mistral, no sabía qué imagen ponerle y pensé en el affiche de este año, aunque no estaba segura de que les hubiera dado tiempo a publicarlo. A pesar de las dudas, lo busqué, tenía esperanzas y lo encontré.Me pareció muy bonito y diferente porque los anteriores plasmaban la belleza de las tallas pero este funde, en primer plano, las personas, los cofrades que están entono al paso, los que lo aguantan a lo largo del recorrido rodeados de la admiración de los "espectadores". Todos juntos procesionando.
Así que pensé que tendría que escribir algo para que quedará constancia de la situación excepcional que estamos viviendo porque, si en otros años llovía y no se podía salir en procesión por la calle Mayor, donde los riosecanos y forasteros se agolpaban debajo de los soportales, el resto de los actos relacionados con la pasión de Cristo, se cumplían;. Sin embargo, este año, debido a la pandemia, todas las procesiones y actos litúrgicos (que son siempre multitudinarios porque vienen los hijos del pueblo que viven fuera y que, a pesar de ello, no han dejado de ser cofrades; gentes de los pueblos de alrededor y muchos turistas que se llegan a Medina para verlas de cerca) se han suspendido con la prohibición además, de que los riosecanos no salieran de sus casas. Pero, Medina es Semana Santa y aunque no ha habido oficios, ni pasos en la calle, ni bandas de música, ni manolas, ni tapetán, ni mayordomo..., los balcones de la calle Mayor se han engalanado como siempre y por la tarde, a la hora de las procesiones, se han llenado de luz, de la luz macilenta de los faroles procesionales y del eco de los rezos cantados. Los vídeos domésticos de estos momentos me los ha mandado Ana que se los habían pasado Mª Carmen y Juli, se han acordado de que este año estamos lejos. De verdad, que emocionaba y eso que yo no soy mucho de Semana Santa.
Y como sigo impresionada por la magnífica instantánea del affiche de este año, lo vuelvo a añadir a estas líneas.
Para el año que viene, espero que todo haya vuelto a la, normalidad y pueda volver a escribir sobre la Semana Santa de Risoeco, que está declarada de interés artístico internacional muy meritoriamente.
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