El escritor francés Pascal Quignard recibió, en Canfranc (Huesca) ,el Premio Formentor de las Letras 2023.
Nacido en Verneuil-sur-Avre en 1948, Quignard es autor de más de setenta obras, entre las que destacan “El salón de Wurtemberg” (1986), “Todas las mañanas del mundo” (1991, adaptada al cine por Alain Courneau), “Una terraza en Roma” (2000, gran premio de novela de la Académie Française), “Villa Amalia” (2006, gran premio Jean Giono), “Las sombras errantes” (2002, premio Goncourt), “Las solidaridades misteriosas” (2011), “Las lágrimas” (2016) y “El amor el mar” (2022).
También ha escrito numerosos ensayos en los que la ficción se mezcla con la reflexión, como “Pequeños tratados”, y los volúmenes de “Último reino”.
“El arte es la grieta en lo simbólico. La literatura es ese camino de voz en la muralla de Babel”, ha sintetizado este autor, que habla griego antiguo y latín pero de las lenguas vivas solo francés.
En ese idioma ha pronunciado su discurso ante un público repleto de escritores y eruditos, periodistas, críticos, editores y traductores, entre los que se encontraban Félix de Azúa, Juan Luis Cebrián, Ramón Andrés, Anna Caballé, Carles Casajuana, Álvaro Cortina, Francisco Ferrer Lerín, Michael Gaeb, Jon Juaristi y el editor Antoine Gallimard.
En su intervención, Quignard ha asegurado que su obra es “un trabajo exigente” que le hace despertarse en plena noche cada día desde hace más de cincuenta años, que “le atormenta y le atenaza” y que no responde ni a requerimientos, ni encargos, ni a crítica, opiniones o premios ni se dirige a nadie.
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