El título, El asombroso viaje de Pomponio Flato, puede hacernos pensar que da muchas pistas sobre en el tipo de novela que nos vamos a encontrar y sin embargo, una vez metidos en materia, vemos que esta es una novela que no se puede ceñir a un solo género.
Así, si por el título, El asombroso viaje, creemos que estamos ante una novela de aventuras; ya en la primera página, el protagonista nos anuncia cuáles son los verdaderos motivos por los que emprende sus viajes hasta los confines del Imperio e incluso allende sus fronteras: la búsqueda de un arroyo cuyas aguas proporcionan certeza y sabiduría. Si tenemos en cuenta esta afirmación, nos vemos obligados a cambiar de parecer y a pensar que esta novela es más bien una novela que narra un viaje iniciativo de un patricio romano, por lo de Pomponio; aunque, a media que van pasando las páginas, nos damos cuenta de que Mendoza lo convierte en un ironizado viaje vital al pasarlo continuamente por el bajo: las aguas que Pomponio va encontrando le producen unas diarreas descomunales y le dan cierta fama: cuando llega a un pueblecito de Galilea, Nazaret, todos le reconocen como el romano que se tira pedos.
De igual modo, vemos que es también una novela histórica porque la acción está situada en el siglo I de nuestra era en Palestina y porque a los protagonistas los conocemos de otras lecturas más piadosas. Sin embargo, aquí Mendoza se las arregla para situarlos en corrientes situaciones mundanas y humanas, lo que les da hasta un aire jocoso, pero para nada irreverente, que encaja sin chirriar con el tono que impregna toda la narración.
A su vez, es también una novela policíaca, hay un asesinato que resolver y restablecer la inocencia de un Santo, por lo que Pomponio, que se va a ver metido de forma inesperada en el papel de detective, tendrá que poner en marcha todo su ingenio porque además, el tiempo apremia.
En esta novela, Mendoza controla con habilidad el tempo narrativo ya que cada vez que la historia llega a un momento álgido, echa mano de su fina ironía, pasa los acontecimientos por el bajo, para que la tensión narrativa decrezca y nos mantengamos intrigados hasta el final del relato. Esta técnica, salvando las distancias, recuerda a Rabelais y lo del papiro encontrado al Quijote.
La encasillemos en el género que la encasillemos lo es cierto es que El asombroso viaje de Pomponio Flato es una novela fundamentalmente divertida con la que se llega a pasar un muy buen rato.
Eduardo Mendoza.
Seix Barral 2008.
192 páginas.
1 comentario:
Particularmente me gustó el cuento del rey que dejó en su testamento todo arreglado para que se garantizase y también, para que se eliminase a su hijo bastardo, creo, de manera que creía morir libre de culpa...
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