Lo que ha pasado por mi vida desde el último marcapáginas hasta este ha sido, en parte, lo que estaba previsto, pero solo en parte porque la rebeldía de mi cuello ha hecho que sigamos todos estando pendiente de él y que yo haya pasado mis días como he podido: con tristeza, con angustia, con miedo, con bondad. La lectura ha sido mi mejor y fiel compañía y me ha ido muy bien. Sin embargo, ahora que algunas brumas se han despejado, me doy cuenta de que han pasado cuatro meses y que el número de libros que he leído no han sido excesivamente numerosos para el tiempo transcurrido, aunque lo compensa el número de páginas de los volúmenes. Todos los libros que he leído estaban en mi casa ya -salvo Seda- y algunos desde hace varios años, más de los que yo misma hubiera dicho. Leer los libros que están en mi librería desde hace un tiempo era algo que deseaba hacer desde hace mucho tiempo por lo que estoy muy contenta, a pesar de que piense que han sido pocos y que tenían que haber sido más... Esta pequeña ambición lectora no es del todo considerada porque ha habido momentos en los que no he podido leer y se han pasado los días sin que cogiera el libro que descansaba en mi mesita de noche o que después de tenerlo entre mis manos bastante rato, a penas haya avanzado unas páginas, me cansaba o la cabeza se marchaba a otros sitios. Esto ha hecho que el número de los libros que han pasado a las estanterías de déjà lus, no hayan sido tantos como a mí me hubiera gustado, pero las cosas han ido así..
Entendiendo que la situación iba a ser complicada, el primer libro que elegí fue Rue des boutiques obscures de Patrick Modiano. Este libro lo compré de segunda mano en el sur Francia a principios de este verano, creo que pagué 6 euros. Durante toda la lectura pensaba que cómo era posible que este libro costara tan poco si tenía un valor extraordinario, el valor de la literatura en mayúsculas. Siempre es un verdadero placer leer a Modiano para mí y este libro, como los otros de este autor, me encantó.
Como el cansancio no se me pasaba y tenía que estar tumbada mucho rato, elegí, de mi biblioteca, una antología de Cuentos de Fiodor M. Dostoievski, un autor que no me acaba de apasionar, aunque sigo leyendo y leyendo sus obras. En este caso elegí este volumen de cuentos porque, al ser historias cortas se acaban antes de que el cansancio lo invadiera todo. Los títulos que componen este volumen son: Novela en nueve cartas, El señor Projarchin, El Corazón Débil, Polzúnkov, La mujer ajena y el marido debajo de la cama, El ladrón honrado, El árbol de Navidad y una boda, Las noches blancas, El pequeño héroe, Un episodio vergonzoso, El Cocodrilo, Bobok, El niño con la manita, El campesino Maréi, La sumisa, Dos suicidios, El sueño de un hombre ridículo, Vlas.
No todos los cuentos me han atraído por igual, pero la selección da una idea de cómo escribía este autor y por qué es uno de los grandes escritores de la literatura universal. Lo que si ha agrado muchos son las descripciones de San Petersburgo, cuidad en la que vivió el autor. Yo recordaba y me sonaban los nombres de las calles y plazas que aparecen en estos relatos porque este verano he hecho un viaje a esta ciudad extraordinaria.
No todos los cuentos me han atraído por igual, pero la selección da una idea de cómo escribía este autor y por qué es uno de los grandes escritores de la literatura universal. Lo que si ha agrado muchos son las descripciones de San Petersburgo, cuidad en la que vivió el autor. Yo recordaba y me sonaban los nombres de las calles y plazas que aparecen en estos relatos porque este verano he hecho un viaje a esta ciudad extraordinaria.
* El diario de Raskolnikov es otro cuento de Dostoievski que no está incluido en esta selección, pero que yo tenía en un volumen que también contenía Las noches blancas. Después de leer este cuento, ya he leído todos los cuentos que tengo en casa de Dostoievski.
El siguiente libro que leí fue Le Grand Coeur - Jean de Christophe Rufin. Este libro me lo regaló Anne la primera vez que vinieron a Medina. El libro se quedó en mi armario y sobre él se fueron depositando sedimentos hasta que lo pude rescatar la vez que buscaba un cinturón. El libro estaba nuevo porque todavía conservaba el papel de regalo que lo envolvía.¡Qué mal me sentí por haberme olvidado completamente de este libro! Como me pareció que me iba a resultar agradable leerlo por tratarse de personajes históricos, lo lleve al búnker -o al zulo como me decía Raquel - pensando, como me dijeron, que estaría entre 5 a 7 días, al final solo fueron dos y no lo pude terminar allí, pero lo continué en casa. Una historia de envidia, de venganza, de ofensas que llevaron a la aniquilación del personaje por parte de aquellos que no pudieron soportar comprobar que hay gente más brillante, generosa y cálida que ellos mismos, a pesar de que ellos sean más poderosos. Un final triste.
Un mundo feliz de Aldous Huxley. Lo tengo desde hace tiempo y ahí se ha quedado. Siempre encontraba algún otro título para leer antes que él. Al principio, no me gustaba y pregunté a Albert para que me diera su opinión y me animara ya que me imaginaba su respuesta. Cuando me contestó diciendo que a él le había gustado mucho, ya me había hecho al estilo del autor y a la trama. Luego si que disfruté de la novela. Muy interesantes sus reflexiones sobre la filosofía del lenguaje y como a un personaje se le considera rebelde por conocer a Shakespeare.
Le Dernier Jour d'un Condamné de Víctor Hugo. Lo he leído por alusiones ya que está citado en el cuento La sumisa de Dostoievski. Al leer el cuento, me di cuenta de que este título de Hugo me sonaba; lo busqué en la estantería del comedor y allí estaba. Este volumen, lo compré no hace mucho tiempo, no recuerdo si en Suiza o en Francia. Muy interesante como narra las últimas horas de una persona que ha sido condenada a muerte.
Después, me decidí por La vie mode d'emploi -La vida instrucciones de uso (1988) de Georges Perec. Este libro sí que lo tenía desde hace 5 años. Lo sé porque, entre sus páginas, encontré el ticket de compra. Me ha encantado, me han gustado todos esos personajes que viven en el mismo bloque de pisos, sus vidas, sus desgracias, sus recuerdos. Núria no disfrutó con esta lectura, me comentó, decía que no entendía el sentido último de este libro. Yo creo que es una crónica social de Francia, un poco al estilo de La Comedie Humaine de Balzac - salvando todas las distancias- pero más seca, más corta, más parca. Genial también.
De este libro, Seda de Alessandro Barricco, me había hablado Ana, lo habían elegido como lectura para 3º, creo recordar. Le pregunté a Núria y lo había leído, le pregunté a Santiago y también. Todos me decían que estaba bien. A mí se me olvidó buscarlo en la biblioteca y han pasado los meses hasta que, en octubre fue el cumpleaños de Júlia, se lo regalaron y me lo prestó. Las dos pensamos lo mismo, no acaba de cuajar. Me lo leí en un rato.
Maestros antiguos y Tala de Thomas Bernhard ( Países Bajos - Austria). Estos dos libros los compré hace años cuando participé en un cursillo de teatro y uno de los ponentes habló del autor y de estos dos títulos. Los compré y ahí han estado hasta que ahora les ha llegado el turno. Brenhard tiene una manera muy particular de narrar, por ejemplo, sus repeticiones continuas, a modo de leitmotiv, que le ayudan a armar una crítica social dura. La narración es seguida, sin pausas, un chorro de palabras al servio del objetivo del autor, denuncia comportamiento poco elegantes y menos inteligentes.
Exercices de survie de Jorge Semprún. Este libro lo compré en Francia hace 6 años, creo que hacía poco que lo habían publicado. Tenía ganas de leer a Semprún por eso lo compré pero, ahí se quedó. Después de haber participado en el cursillo sobre la escritura de los campos de concentración durante la II guerra mundial, Semprún es ya un conocido. A pesar de que tiene detractores, a mí me gusta como escribe y lo que cuenta. Fue una lectura rápida.
Además, muy al principio, cuando estuve muy, pero que muy cansada leí estos dos libros de literatura juvenil que fueron entretenidos y resultaron fáciles de leer: Radiografía de chica con tatuaje - Jordi Serra i Fabra y Sonata de Amor - Blanca Álvarez.
Estos son los libros que he leído durante estos meses en los que el encontronazo con la vida ha sido fenomenal y por dos veces. Todavía no he terminado, me falta saber... No sé cómo irá, el miércoles 18 sabré cómo continua mi periplo personal por la vida. Solo espero retornar y retornar con el corazón más grande.
** El 18 no me han dicho nada. Tengo que esperar. Irene.
1 comentario:
Esperar . ¿Quién hubiese dicho que esperar fuese tan tan angustioso?
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