Desde el día que decidí abrir Le coin des archives, pequeños hábitos han cambiado en mi vida. Si ya compraba pequeñas libretas para anotar citas de los libros que leo, pero que no son míos; desde julio de 2010, definitivamente, soy la reina de las libretas. Tengo montones. No salgo de casa sin una. En mi bolso se puede encontrar muchas cosas -depende del momento-, pero ahora, lo que siempre hay es una libreta, varios bolígrafos y lápices para poder anotar: citas que encuentro, fragmentos de campañas publicitarias que veo, conversaciones que escucho, libros o poemas que me llaman la atención, efemérides a recordar,…adjetivos, sustantivos, verbos que busco para mis escritos y que no llegaban, pero que, de repente, salen, aunque luego, no siempre conformen parte de los posts porque se quedan en letras escritas en hojas en blanco que, a veces, olvido y que, por lo tanto, se escapan de nuevo. Otras veces, las vuelvo a encontrar y cuando las encuentro no siempre tienen el mismo sentido, a veces, ya no encajan, pero ahí quedan, albergando la certeza de que siempre habrá un momento para el reencuentro.
Pero lo que más me gusta de todo esto, es que Le coin des archives se ha convertido en mi cofre de los encantos, no solo porque me ha dado muchas alegrías, sino porque se ha convertido en mi guarda contra el olvido. Tengo una memoria frágil para los títulos, autores, directores, películas, poemas,… y aquí están todos cuando los necesito.
Hay momentos, que me da por releer algunos de los posts antiguos; a veces, los retoco ligeramente: algún sinónimo, la puntuación, nuevas informaciones que los complementan. Y siempre, siempre, me sigo sorprendiendo de que sea yo la que haya escrito sobre lo que leo, la que haya hilvanado esas frases, aquellos pensamientos; la que haya conseguido poner en palabras concretas ciertas ideas, ciertas emociones, ciertas sensaciones, que me trasladan a momentos vividos y que me, que nos acercan a la vida. Y digo nos porque lo que escribo en el blog ya no es solo para mí.
La escritura viene de la lectura; de la lectura de la vida que me rodea, que me abraza; de las vidas que me sorprenden, con las que tropiezo, con las que aprendo..., porque el que no mira, no ve; el que no oye, no escucha ; el que no olfatea, no exhala; el que no toca, no siente; el que no prueba, no discrimina y el que no lee, no escribe,… y sin embargo, de todos, de todos es la vida.
Gracias por seguir Le coin… Merci, Thank You, Danke...
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