El hermano y la hermana Elkabetz presentan,
en esta película, un tema de la vida cotidiana de Israel: el proceso ante un
tribunal religioso que tiene que sufrir una mujer que quiere divorciarse de su
marido, puesto que en Israel no existe el matrimonio civil pero, lo peor del
caso, es que de nada sirve el sumario si el marido no repudia a su mujer, si el
marido no le concede el divorcio.
Así, asistimos durante casi dos horas de
película, a un pleito que durará cinco años y que para una mente occidental es totalmente
excesivo.
Viviane se casó muy joven y ahora pide a su
marido, Elisha, que le dé su libertad porque, después de todos los años de
matrimonio y de cuatro hijos en común, ella
ha dejado de amarlo. Esta razón que esgrime Viviante es de poco peso para los rabinos que conforman
el tribunal porque nadie piensa que el matrimonio sea una cuestión de
sentimientos y más aún, cuando Elisha nunca ha maltratado a su esposa y siempre le ha
procurado todo lo que necesita y por ello, durante una buena parte de la
película, a la que se juzga es a Viviane.
Pero por más que el tribunal se incline del lado de su esposo, ella no
comete ninguna ofensa a su marido y acata todo lo que el tribunal resuelve. Y así, es fiel a su marido, no tiene amantes durante los años que ya no vive con
él, sigue haciéndole la comida e ingresa su sueldo en la cuenta común. A pesar de
todo, el tribunal de rabinos no se decide a fallar a su favor y su marido, que es una
persona muy religiosa, se niega, una y
otra vez, a concederle el divorcio porque sabe
que lo puede hacer según una ley arcaica de la Torah que está en vigor
todavía.
Sin embargo, Viviane persevera en su empeño de divorciarse de su
marido. En varias ocasiones de este largo proceso, se llega a un punto muerto, incluso Elisha llega a no presentarse a las vistas y acaba yendo
quince días en prisión, pero sigue sin concederle el divorcio. El abogado de Elisha es su hermano y no pierde la ocasión para manifestar delante del tribunal que
su hermano es un buen hombre y es respetado por toda la Comunidad, perro todo ello no es suficiente y llegará
el turno de varios testigos: vecinos, familiares y amigos y será en este momento, cuando uno
de ellos, conceda que Elisha es intolerante y que ha tenido roces con un
miembro de la Comunidad religiosa, lo que deja al descubierto un carácter más bien huraño. Pero Elisha sigue pensando que su mujer le pertenece y prosigue en su negativa.
Esta película me la recomendó mi amiga Ana, y
casi me la pierdo, -lo que hubiera sido una lástima- ya solo la echaban en un
cine y en un horario nada comercial, es por eso por lo que cuando entré, no había nadie en la sala y estuve un rato sola
en la sala; nunca me había pasado y fue una sensación incómoda. Luego llegó una
pareja de cierta edad muy simpáticos y los tres pudimos ver esta interesante
película que critica esta manera de obrar en el Israel del siglo XXI con una
economía de medios narrativos que hace de esta austeridad, calidad: el
escenario siempre es el mismo, una impersonal y sobria sala de tribunal y los pasillos del mismo y los personajes también lo son:el peso de la
historia recae sobre el matrimonio protagonista, sus abogados y los tres
rabinos del tribunal, que se pasan el rato argumentando y argumentando, prácticamente,
siempre lo mismo.
Película para no perdérsela, sobre todo, para
aquellos que puedan aguantar bien la no-acción y , sin embargo, en la película
pasan cosas.
Gett: El divorcio de Viviane Amsalem - Gett,
the Trial of Viviane Amsalem.
Director: Ronit Elkabetz, Shlomi Elkabetz.
Reparto: Simon Abkarian, Gabi Amrani, Dalia Beger.
Duración 115 min.
País: Israel. Año 2014.
Premios;
2014: Globos de Oro: Nominada a Mejor película de habla no
inglesa.
2014: Satellite Awards: Nominada a Mejor película de habla
no inglesa.
2014: National Board of Review: Mejores películas
extranjeras del año.
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