La dama de oro está basada en una historia real, la de Maria Altmann, mujer austríaca de origen judío que consiguió llegar a Estados Unidos tras huir de su país natal, a causa de las persecuciones del régimen nazi. Maria pertenecía a una familia adinerada de Viena de una gran sensibilidad hacia las artes por lo que su casa era frecuentada por los intelectuales y artistas más renombrados del momento. Maria, que lleva una vida tranquila en Los Ángeles ocupándose de su tienda de ropa, se reencontrará de nuevo con una parte de su pasado europeo que creía haber dejado atrás.
La historia comienza cuando muere la hermana de Maria y ella tiene que hacerse cargo de su legado. Como intuye que será una tarea ardua, logra, a través de sus contactos familiares, que el joven abogado Randy Shoenberg, nieto del compositor judío Arnold Schoenberg e hijo de un juez se ocupe de ello, especialmente de intentar recuperar las obras de arte que los nazis sustrajeron a su familia en Austria. En frente, tendrán al gobierno austríaco quien, a pesar de haber declarado la intención de Austria de restituir, a sus legítimos propietarios, el patrimonio sustraído por los nazis, se negará a devolver los cuadros que reclama Maria del pintor Gustav Klimt y en especial el Retrato Adele Bloch-Bauer, Adele, musa del pintor, era tía de Maria. La razón que esgrime Austria para no devolvérselo es porque, “se ha convertido en la Mona Lisa del país”.
Randy que, al principio no muestra entusiasmo por el tema – acaba de ser contratado por un importante bufete de abogados-, no quiere llevar el caso solo y convence a su jefe para que le permita dedicarse al caso porque, dado el elevado precio de los cuadros podría convertirse en un caso muy importante.
Así comenzará su relación con Maria y su lucha por recuperar sus bienes familiares. Viajan a Viena, cuidad que representa dolorosos recuerdos para Maria. En esta ciudad vivió momentos maravillosos con su familia y también los más tristes ya que la sinrazón la obligó a huir de su país y separarse de su familia. A su vez, para el joven abogado supondrá el encuentro con los orígenes europeos de su familia que él, ya completamente americanizado, había olvidado.
Si bien la historia tiene interés por ser un caso real y por contar con la soberbia interpretación de la actriz inglesa Helen Mirren, no consigue una intensidad narrativa sostenida. Tal vez sean los poco logrados flashbacks, o que haya personajes que se ‘pierden’ durante la película o que Ryan Reynolds no acaba de ser el contrapunto perfecto a Mirren.
Sin embargo, la película sí estimula una reflexión general de cómo fue posible que unos hombres receptivos a la mejor música y a la belleza refinada expresada en las artes plásticas pudieron urdir tan abominables crímenes contra la humanidad, si participamos de la idea de que la cultura y la educación abren el espíritu y lo hacen más sensible.
La dama de oro - Woman in Gold.
Director: Simon Curtis.
Reparto: Helen Mirren, Ryan Reynolds, Daniel Brühl, Tatiana Maslany, Charles Dance, Katie Holmes, Antje Traue, Max Irons, Elizabeth McGovern, Jonathan Pryce, Tom Schilling, Moritz Bleibtreu, Anthony Howell, Allan Corduner, Henry Goodman.
País: Reino Unido. 2015.
Duración: 107 min.
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