Todos sabemos que nada ni nadie habrá de ahorrarnos el final
sin embargo hay que vivir como si fuéramos inmortales
sabemos que los caballos y los perros tienen las patas sobre la tierra
pero no es descartable que en una nochebuena se lancen a volar
sabemos que en una esquina no rosada aguarda el ultimátum de la envidia
pero en definitiva será el tiempo el que diga dónde es dónde y quién es quién
sabemos que tras cada victoria el enemigo regresa buscando más triunfos
y que volveremos a ser inexorablemente derrotados vale decir que venceremos
sabemos que el odio viene lleno de imposturas
pero que las va a perder antes del diluvio o después del carnaval
sabemos que el hambre está desnuda desde hace siglos
pero también que los saciados responderán por los hambrientos
sabemos que la melancolía es un resplandor y sólo eso
pero a los melancólicos nadie les quita lo bailado
sabemos que los bondadosos instalan cerrojos de seguridad
pero la bondad suele escaparse por los tejados
sabemos que los decididores deciden como locos o miserables
y que mañana o pasado alguien decidirá que no decidan
sintetizando / todos sabemos que nada ni nadie habrá de ahorrarnos el final
pero así y todo hay que vivir como si fuéramos inmortales
Mario Benedetti, La vida, ese paréntesis (1997). Con lugar a dudas.
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