"EL SABER SE DEBE TANTO AL INGENIO COMO AL GUSTO."









martes, 23 de agosto de 2011

CICERÓN


"La amistad sólo puede existir cuando los hombres coinciden en sus opiniones sobre las cosas humanas y divinas".

Cicerón.


lunes, 15 de agosto de 2011

ATARDECERES ESTIVALES



Cuando el sol se despide pausadamente desde el horizonte y el cielo se cubre de reflejos rúbeos, rosáceos, anaranjados y violáceos; los  rayos rezagados se van escurriéndo sobre el amarillo pajizo de los campos que se torna asalmonado. Raudos, se cuelan sigilosos por las rendijas que les conceden las ramas y las hojas de los majestuosos chopos,  que ven reflejadas sus frondosas y esbeltas siluetas en las apacibles aguas del Canal. Hasta ellos mismos se sorprenden de la singular belleza de las  imágenes que el cauce les devuelve.
Las aguas, teñidas de una superficial capa clorofila, parecen no inmutarse y en su fluir constante y sosegado es como si se sonrieran de la vanidad de la chopera que, en muchos tramos, se ha inclinado para saludar reverencialmente la gentileza de las aguas.



martes, 9 de agosto de 2011

ANTONIO LÓPEZ

                 


"[...] por primera vez presentí que la corrección no bastaba. ¿Y qué era lo demás? ¿Cómo se podía llegar a conseguir? Yo no lo sabía, pero de golpe me había asomado a lo que es lo único importante, la capacidad para expresar una emoción que primero tienes que sentir, y que es independiente de la habilidad y corrección para copiar el mundo real."

ANTONIO LÓPEZ.



Contemplar las obras de esta exposición de Antonio López te permite comprender y compartir algunas de las afirmaciones que se han hecho sobre él y su obra. Los críticos coinciden en señalar que Antonio López es un Artista, que sus obras son Arte. También apuntan que sus obras tienen algo Místico:  admirar sus obras es suspenderse como en un éxtasis, dicen. Lo cierto es que, ante sus obras, te despreocupas del  tiempo, los pies se te quedan clavados delante de sus pinturas, de sus dibujos, de sus esculturas, de sus bajorrelieves… Miras y miras y no te cansas.  Prolongas ese instante porque la mirada no se agota en una sola visión, en una sola pasada, te das cuenta de que la ojeada ha sido demasiado rápida. Retrocedes y vuelves a mirar. No siempre sabes lo que estás buscando, en lo que quieres volver a reparar, y no es por la rareza de los motivos representados que nos resultan de lo más cotidiano y familiar, sino porque tienes la impresión de que te ha faltado algo por captar, de que algo se te ha escapado, porque son un sinfín los detalles que quedan representados en las telas.

Probablemente estos efectos, estas sensaciones, los consiga la luz. Esa luz  con la que impregna sus cuadros, sus pinturas. Luz del natural que Antonio López se afana para que sea real, objetiva, habitual - al modo de los impresionistas-, pero que, en realidad, es una luz original, especial, que dota a sus instantáneas de una  luminosidad personal, de una  claridad atemporal, y es esa luz la que entra en el espectador, lo cautiva y lo retine allí delante del cuadro.

Mención aparte merecen sus bajorrelieves en diferentes materiales; sus esculturas que, lejos de ser hieráticas, parece que se dirijan al espectador y quieran comunicarse con él; así como sus dibujos, que tal y como afirma el propio artista, no son un ensayo, ni un estudio, sino una obra en sí mismos.

El recorrido se termina con unos cuadros de delicados y frescos motivos florales que impregnan al visitante de un optimismo sosegado en el último tramo de la visita.

La muestra es la retrospectiva por excelencia de Antonio López, en ella se puede encontrar gran parte de sus obras, e incluso las que llevaban un tiempo almacenadas, guardadas o sin terminar porque, para Antonio López un cuadro, una obra casi nunca están acabados.



 Antonio López.
Madrid. Del 28 de junio al 25 de septiembre 2011.

Catálogo de la exposición Antonio López




domingo, 7 de agosto de 2011

FERNANDO SAVATER (II)


Mientras está solo, Robinson se enfrenta a cuestiones técnicas, mecánicas, higiénicas, incluso científicas, si me apuras. De lo que se trata es de salvar la vida en un medio hostil y desconocido. Pero cuando encuentra la huella de Viernes en la arena de la playa empiezan sus problemas éticos. Ya no se trata solamente de sobrevivir, como una fiera o como una alcachofa, perdido en la naturaleza; ahora tiene que empezar a vivir humanamente, es decir, con otros o contra otros hombres, pero entre hombres. Lo que hace "humana" a la vida es el transcurrir en compañía de humanos, hablando con ellos, pactando y mintiendo, siendo respetado o traicionado, amando, haciendo proyectos y recordando el pasado, desafiándose, organizando juntos las cosas comunes, jugando, intercambiando símbolos ...

Fernando Savater, Ética para Amador.

lunes, 1 de agosto de 2011

Les petits mouchoirs - Pequeñas mentiras sin importancia


Como Pequeñas mentiras sin importancia ha sido traducida Les petits mouchoirs, película del  actor y director francés Guillaume Canet.
La película cuenta como un grupo de amigos, ricos parisinos, tiene por costumbre pasar las vacaciones estivales juntos, en la mansión de uno de ellos, en Cabo Ferret al sur de la costa atlántica francesa.
A pesar de que el grupo es muy heterogéneo se habían divertido juntos: les gusta el mar, las excursiones en barco, tumbarse a la bartola, las charlas  sin importancia,...
Sin embargo, este año va a ser un año diferente. Uno de ellos, Ludo, sufre un grave accidente de tráfico unos días antes de su partida. El resto se plantea quedarse en París, pero al final llegan a la conclusión de que no pueden hacer nada por él quedándose y deciden marcharse, a pesar de todo. Este hecho y todos los acontecimientos que van ocurriendo durante los días de vacaciones van a hacer que esos días de descanso no sean tan placenteros como los de  los años anteriores.
Las peculiaridades personales, las pequeñas mentiras, el juego de apariencias que todos aceptan, van a ir dejando a las claras que llevan unas vidas un tanto frívolas y que su amistad no está a la altura de las circunstancias.
El contrapunto a toda esta superficialidad lo pone un lugareño, un ostricultor, Jean-Louis, que, en palabras el propio director: “es como la conciencia del grupo, no tiene miedo a decir la verdad, es un hombre recto, lleva una vida modesta y aunque los aprecia, nos les deja pasar ni una y les enfrenta a sus contradicciones, a sus pequeñas cobardías y egoísmos". Este mensaje, de que es en las gentes de provincias donde residen los valores más humanos, los auténticos, está presente con relativa frecuencia en el cine francés actual, recuerdo  Dialogue avec mon jardinier, Le fils de l'épicier, Villa Amalia o Le refuge, por citar algunos títulos.

Esta larguísima película se hace llevadera gracias a que Canet combina acertadamente momentos de satisfacción y esparcimiento con momentos de aflicción y tristeza y sobre todo, gracias a las buenas interpretaciones del plantel de actores que logró reunir. Sus personajes se hacen creíbles; por momentos son valientes y nobles, por momentos comodones y egoístas.

No obstante, al acabar de ver la película, se tiene la impresión de que el tema principal queda difuminado entre tantos momentos triviales; e incluso el final se siente precipitado y poco sorprendente. Si Canet hubiera ahorrado varios metros de película, el resultado no hubiera variado sustancialmente.




Les petits mouchoirs - Pequeñas mentiras sin importancia.
Director: Guillaume Canet.
Protagonistas: François Cluzet, Marion Cotillard, Benoît Magimel, ...
Género : Comedia dramática.
Duración: 02h34min.
Francia. 20 octobre 2010