"EL SABER SE DEBE TANTO AL INGENIO COMO AL GUSTO."









viernes, 8 de febrero de 2013

PRIMAVERA ÁRABE

A veces los ratos que paso en el gimnasio me dan para escribir un post, si es que lo narrable ocurre al alcance de mi vista. Como soy miope y no llevo las gafas, a cierta distancia, las cosas y las personas se difuminan, pierden sus limpios contornos y de muchos detalles no me jalo ni una rosca y eso es lo que pasó el otro día. Desde la máquina de abductores, veía, en la cinta, a una chica que estaba corriendo y que llevaba algo de vivos colores en el pelo. Al principio pensé que eran una de esas cintas que se había intercalado en las trencitas. Salí de dudas cuanto terminé mi rutina y me fui hacia la puerta de salida de la sala de feetness. Mis ojos seguían puestos en aquellos bonitos colores y a medida que me acercaba, la imagen se iba haciendo más nítida y vi con cierta extrañeza que la que corría en la cinta era una joven musulmana con pantalón negro hasta los tobillos, camiseta oscura de manga larga hasta las muñecas y que lo que a mí me había llamado la atención era el chador que le cubría la cabeza y parte del rostro. También llevaba su iphone. La imagen de la chica esta era, hasta el momento, insólita para mí ¡Musulmana practicante que iba al gimnasio a hacer deporte! ¡Las cosas van cambiando!, me decía.
Volvimos a coincidir en varias ocasiones más, ahora ya la distingo, los colores de su pañuelo la identifican y cada vez que la veía, pensaba que qué bien, es una chica joven, moderna, aunque respetaba las tradiciones. Uno de esos días, después de la sala de fitness fui a la piscina y antes de llegar al jacuzzi, me encontré un cochecito de bebé, cosa que me pareció extraña. Me sumerjo en la chispeante corriente acuosa y cuando me estaba empezando a acomodar, la veo aparecer con el mismo equipo de deporte, sentarse al lado del cochecito y empezar a hablar con un hombre que estaba en la piscina pequeña jugueteando con su nenita. Era su familia. Su marido estaba en bañador, por su puesto, ¡qué tontería! ¡qué va a llevar en una piscina! Ella, no, nada de prendas impúdicas... 
Al parecer, hasta esta parte del gimnasio no ha llegado la primavera árabe.

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