"EL SABER SE DEBE TANTO AL INGENIO COMO AL GUSTO."









domingo, 7 de abril de 2013

"El aire se serena y viste de hermosura y luz no usada..."

A pesar de que el tiempo está más que fresco después de este largo período de lluvias generosas y aunque puede que le eche de menos durante unos días, cuelgo mi Plumas Rojo por esta temporada. Este es un abrigo al que tengo mucho apego; me siento a gusto cuando lo llevo: es cálido, suave, y abrigado -debe de ser su 100% duvet  nouveau d’oie-; me gusta y gusta a otras personas, a juzgar por los piropos que nos dedican: ¡qué bonito!, ¡qué agradable!, ¡qué color más acertado!, ¡qué guapa estás, qué bien te sienta el rojo!...
Pero sí, ya está bien por esta temporada, lo voy a llevar a la tintorería para que le devuelvan el lustre que ha ido perdiendo por los continuos roces con el bolso, con la gente, con todo donde lo voy dejando. Es ya momento de empezar por algo para salir del largo invierno ya que, estos cielos encapotados nos han despistado pero, ¡estamos ya en abril!: los días ya son más largos, el cielo ha quedado  de un limpio azul que parece cristalino y los rayos del sol que se escurren entre los pompones de las nubes -ahora casi solo blancos-, han regado el césped con ramilletes de pequeñas y blancas margaritas que despiertan las ganas de sentirnos en sintonía con la savia que también hierve en los árboles. Algunos siguen en flor y las ramas de los sauces llorones se visten de pequeños botones verdes; sin contar con que el marcador estacional de la moda ha colmado ya las marquesinas de las paradas de los autobuses, las vallas publicitarias y los anuncios de la tele con su “Ya es primavera, en El Corte Inglés” y por si todavía nos resistimos a dejar el abrigo en casa, nos propone unos irresistibles “Ocho días de Oro” para que nos dé menos palo o espanto al vernos, en los espejos, blancas, blancas, al probarnos tan livianas prendas.
¡La Primavera ya está aquí!, todo lo que nos rodea nos avisa de esta nueva; incorporémonos al bullicio aunque, para variar, estornudos, moqueos y lagrimeos nos van acompañar por un tiempo o su recelada astenia nos juegue alguna que otra mala pasada. Pero, es que ya se sabe: casi nada es del todo perfecto.


* Título: versos de Fray Luis de León.

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