"EL SABER SE DEBE TANTO AL INGENIO COMO AL GUSTO."









sábado, 3 de abril de 2021

Semana Santa e ISAÍAS

Si la Semana Santa del año pasado fue diferente, la de este año,.es más diferente porque es hasta diferente de la anterior. En 2020 fue una de las pocas veces, que no bajé a Medina, la pandemia provocó que no saliéramos de casa y, aunque, según me dijeron, se sentía una enorme tristeza por no haber podido sacar los pasos; aunque había la gran esperanza de que, para el año que viene, todo habría pasado y las cosas volverían a ser como siempre. Pero el año que viene ha llegado y vuelve a pasar lo del año pasado, aunque con menos gentes. El virus nos está dejando desorientados, vacíos y con pena, con muchas penas. 

Hoy, he recordado otras Semanas Santas,  y que siempre escribía unas líneas sobre estos días en Medina, ha debido ser este recuerdo y una lectura, los que me han hecho que me pusiera a escribir en el blog.

Con cierta extrañeza, he pensado que, probablemente no volveré a pasar la Semana Santa en Medina y por tanto, no volveré a escribir sobre estos días tan especiales para los riosecanos y forasteros.  No es que sea una resolución taxativa, sino que es la vida la que me lleva a pensar esto. Todo cambia y mi vida también. Sin embargo, no dejo de pensar en mis padres. Uno es de donde se encuentra su familia.

Y, estos pensamientos simultáneos a la escritura, me llevan a  la Semana Santa de 2019,  a la vuelta del viaje de Turquía cuando, y por un dolor de garganta, mi vida viró. A  partir de ese momento,  nada ha sido igual para mí, ni para algunas personas que me rodean.  Parece que no, porque todavía sigo aquí, hablo y escribo, pero no.

Y escribo esta entrada gracias a la lectura de Isaías que he oído. Me gusta Isaías, normalmente es bastante claro además de poético. Esta lectura, creo que lo confirma. Después de leerlo, no tenemos duda de que el amor sale de aquí, lo demás es farándula.


“El que te creó, te tomará por esposa;

su nombre es ‘Señor de los ejércitos’.

Tu redentor es el Santo de Israel;

será llamado ‘Dios de toda la tierra’.

Como a una mujer abandonada y abatida

te vuelve a llamar el Señor.

¿Acaso repudia uno a la esposa de la juventud?,

dice tu Dios.


Por un instante te abandoné,

pero con inmensa misericordia te volveré a tomar.

En un arrebato de ira

te oculté un instante mi rostro,

pero con amor eterno me he apiadado de ti,

dice el Señor, tu redentor.


Me pasa ahora como en los días de Noé:

entonces juré que las aguas del diluvio

no volverían a cubrir la tierra;

ahora juro no enojarme ya contra ti

ni volver a amenazarte.

Podrán desaparecer los montes

y hundirse las colinas,

pero mi amor por ti no desaparecerá

y mi alianza de paz quedará firme para siempre.

Lo dice el Señor, el que se apiada de ti.


Tú, la afligida, la zarandeada por la tempestad,

la no consolada:

He aquí que yo mismo coloco tus piedras sobre piedras finas,

tus cimientos sobre zafiros;

te pondré almenas de rubí

y puertas de esmeralda

y murallas de piedras preciosas.


Todos tus hijos serán discípulos del Señor,

y será grande su prosperidad.

Serás consolidada en la justicia.

Destierra la angustia,

pues ya nada tienes que temer;

olvida tu miedo,

porque ya no se acercará a ti’’.

Is 54, 5-14.


 

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