"EL SABER SE DEBE TANTO AL INGENIO COMO AL GUSTO."









jueves, 31 de marzo de 2016

MARCAPÁGINAS XII - SEMANA SANTA

Mi cita con Isabel y los libros es siempre un placer. Llegué con un poco de retraso y ella estaba ocupada hablando con una señora. No sé qué tiene Isabel que todos hablamos con ella con cercanía. Me puse a buscar un libro para estos días, pero no me decidía . Cuando terminó de hablar, vino a saludarme y, con una sonrisa, me dijo que acababa de recibir dos cajas con novedades, que no pensaba abrirlas hasta el lunes, pero que, como había llegado yo, pues que iba a abrirlas ya mismo. ¡Qué alegría nos entró a una nenita  que estaba leyendo y a mí! De verdad, que ella nos hace sentir privilegiados, ¡Cuánto nos mima a todos! Una chica, que está de prácticas, se encargó de abrir las cajas, siguiendo las instrucciones de Isabel: " Lo importante es no mezclar el contenido de ambas". Cuando las abrió, parecía un mago sacando fabulosas prendas de su chistera: novelas, libros de historia, de psicología, de cocina, libros infantiles, juveniles, y las últimas películas en DVD... Cada vez que leía el título de una novela, me apetecía leerla pero, sabía que tenía que elegir. Y así, me quedé con el último libro de Mario Vargas Llosa, Cinco esquinas que, aunque había oído una crítica tibia sobre esta nueva novela del premio nobel peruano, me apetecía leerla y no me defraudó, al contrario, me gustó más que la anterior El héroe discreto. Cinco esquinas es una historia bien armada, moderna, el tema está de rabiosa actualidad: el periodismo sensacionalista,  su poder, su influencia, sus enlaces con los estamentos gubernamentales de los últimos tiempos del presidente Fujimori; su perversión, sus víctimas, en esta ocasión, familias de la alta burguesía limeña, cuyo comportamiento íntimo es llamativo, hipócrita, cínico. Cinco líneas se lee bien, en dos ratos.
Después fueron apareciendo más títulos, entre ellos la obra póstuma de Chirbes. Me encanta este autor; lamento mucho que nos haya dejado y que no podamos deleitarnos con su escritura. París-Austerliz es una historia de amor y desamor  en la que el que más ama es el que más pierde, tal vez, porque no es el que ama mejor. Una historia triste, descarnada, a la vez, hermosa, delicada. París, la ville lumière está de fondo, es testigo.
Luego elegí la nueva novela de Jesús Carrasco La tierra que pisamos porque me gustó mucho Intemperie y quería reencontrarme de nuevo con este autor; sin embargo, no conseguí hacerme con esta novela de la que tengo la impresión de que la historia, la anécdota está casi desaparecida, de que la novela se sostiene por un finísimo hilo de seda en la que se cuenta pero no se narra. 
Cuando todavía faltaba la otra caja por abrir, llegó Marta, una gran lectora que buscaba un libro, pero no sabía por cuál decidirse. Creo recordar que eligió el último premio Nadal y luego, tal vez, un poco influenciada por mis comentarios, Guitarra Azul de John Banville. 
Yo prometí devolver el lunes Cinco esquinas y París-Austerliz y ella Guitarra azul. Y así lo hicimos.
Hasta el momento, y eso que tenía bastantes ganas de leer a Banville, porque no había leído ninguna novela de este autor irlandés que, todo lo que escribe, recibe excelsas críticas y tiene en su haber una buena retahíla de importantes premios literarios y, me he encontrado con una escritura original, poco frecuente. Éste, es un libro muy descriptivo; el protagonista parece que se confesara, que la escritura le sirviera para poner orden en su vida a través de los recuerdos de un periodo muy concreto de su existencia en el que el amor y el robo de pequeñas cosas van de la mano y definen una personalidad singular.
Banville,un narrador de estilo personal, no exento de una cínica ironía, cuenta cada instante de la vida de este sujeto con todo lujo de detalles que, en algunos casos, hasta parecen superfluos porque, en realidad, la historia la acaba armando el lector. No sé qué decir más, tendré que leer algo más de él para poder juzgar con más argumentos.
Ahora que han pasado unos días y escribo este post, me doy cuenta de que, sin querer, he leído tres historias de amor y de infidelidad, de amor y sufrimiento, de amores arriesgados, de relaciones poco menos que imposibles a la luz del mundo, historias personales; en definitiva, tres historias en las que se cumple lo que dice Alejandro Jodorowsky: "Como la luna, todos tenemos una cara oculta".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Como la luna, todos tenemos una cara oculta". Qué bonito! Gracias Covadonga! Muchas ganas de leer Banville, a ver cuándo encuentro el tiempo! núria

Covadonga dijo...

¡Hola, Nùria!: ¡qué alegría volver a encontrarme con un comentario tuyo! Merci. Grosses bises. Covadonga